El mismísimo dictador de uno de los países más herméticos del mundo también visita los supermercados. El líder de Corea del Norte, Kim Jong-il, acudió el domingo a la inauguración de una tienda de productos de alimentación, en la que mostró su interés por las frutas y tomates. Kim Jong, que no se quito a ningún momento sus grandes gafas de sol como si se tratara de una estrella, acudió al acto con un pantalón negro y una camisa de color caqui, que evidenciaban porque la revista Time lo acaba de elegir uno de los líderes peores vestidos de la historia.