Roman Abramovich está cansado de escándalos en el Chelsea. Desde hace ya tiempo, las correrías extraconyugales de sus jugadores ocupan más páginas en los diarios británicos que sus hazañas deportivas. Después del affaire de John Terry con Vanessa Perroncel, la novia de Wayne Bridge, un antiguo compañero de equipo, ahora son las aventuras de Ashley Cole las que salpican la reputación del club.

Cole se enfrenta a una sanción de cientos de miles de libras por haber metido a escondidas en su habitación del hotel a una funcionaria del gobierno local norteamericano, cuando se hallaba en Seattle con su equipo, el pasado verano. El jugador intentó borrar las pruebas, llegando a mentir al jefe de comunicaciones del club, Steve Atkins. La pasada temporada Cole realizó una jugada similar llevándose a una secretaria de Liverpool al hotel de concentración del Chelsea.

La prensa se ha puesto a husmear y ha sacado a relucir cinco aventuras extraconyugales de quien sigue siendo el marido de la cantante Cheryle Coleen. La componente del grupo Girls Aloud está en Los Angeles, y desde allí ha enviado un SMS a Ashley mandándole a paseo. Para el recuerdo queda la boda por todo lo alto en el 2006 y la exclusiva del millón de libras que OK! Magazine pagó a la pareja.

Los abogados están ultimando los papeles del divorcio, que en la casa de apuestas William Hill consideran "inevitable". Abramovich, dueño del Chelsea, quiere sancionar a las estrellas que han rebasado la línea que separa su vida privada y la disciplina del club británico.

SIN GALONES Hace una semana era Terry, el capitán del Chelsea, quien volvía de Dubái tras marcharse varios días de permiso para recomponer su matrimonio con Toni Poole. Un puñado de fotos dejaron constancia de la reconciliación, el día de San Valentín. Pero Terry no logró salvar el puesto en la selección inglesa, donde Fabio Capello le arrancó los galones de capitán.

El pasado miércoles, el director ejecutivo del Chelsea, Ron Gourlay, reunió a la plantilla para recordarles su deber de proteger la imagen del club. A la cita faltaron Cole y Terry. La directiva ha lanzado una investigación para saber si el pasado julio en Seattle, no fue solo Cole el pecador. Según ciertas fuentes, varias mujeres volvieron al hotel en el minibús del club tras salir de copas con los jugadores. Si descubre la implicación de otros jugadores, el Chelsea podría adoptar sanciones.