¡Quién pillara la tarjeta de viajero frecuente de Penélope Cruz! Este fin de semana estará en España para asistir a los Goya procedente de Londres, adonde el miércoles asistió a un pase privado de Vicky Cristina Barcelona. Pero aunque la promoción y el reconocimiento del filme que le ha valido su segunda nominación al Oscar implique horas de vuelo y altas dosis de trabajo, también hay tiempo para la celebración.

El lunes su amiga Salma Hayek y el productor Harvey Weinstein, distribuidor en EEUU de la película de Woody Allen, ofrecieron una fiesta para Cruz en la casa de la actriz y productora mexicana. Vestida de negro y con su hija Valentina en brazos, Hayek recibió a un verdadero torrente de estrellas, a las que, según han contado los medios estadounidenses, preparó un cátering de tapas y sangría.

La casa de Bel Air estaba decorada en honor a la película como si fuera el cuarto oscuro de un fotógrafo, con fotos de Cruz cerca de las paredes en las que Hayek tiene obras de Frida Kahlo y Diego Rivera. Y por allí se movieron Antonio Banderas y Melanie Griffith, una pelirrojísima Scarlet Johansson y su novio Ryan Reynolds, Michael Douglas y Catherine Zeta-Jones, Eva Mendes, Prince, un rapado Colin Farrell, Adrian Brody, Demi Moore y Ashton Kutcher, Charlize Theron y Stuart Townsend... Una escena donde, según una fuente del Daily News, "todo eran famosos, con solamente el 1% de gente normal ".