Todo cuanto pasó ayer en la Berlinale era de prever. Se sabía que la presencia de Madonna en la muestra iba a monopolizar la jornada, que la gente iba a agolparse en las calles, que los periodistas iban a intercambiarse codazos y otro tipo de placajes para entrar en la rueda de prensa y que esta iba a empezar con retraso (una hora tardó la estrella en aparecer). También estaba cantado que Filth and wisdom, su ópera prima como directora, iba a ser una mala película. Se presentaba fuera de competición.

Al menos, ella no tuvo reparos a la hora de asumir responsabilidades: "Para hacer la película me dejé aconsejar por gente a la que admiro, pero los consejos son como los culos: todo el mundo tiene uno. Al final, hice la película que tenía en mente", explicó la diva. Su público estaba dispuesto a pasar por alto el hecho de que esta mujer y el cine no se entienden. Sus trabajos como actriz se cuentan por fiascos.

"IBA A SER UN CORTO" "Filth and wisdom iba a ser un corto pero, a medida que me enamoré de la historia y de los actores, comprendí que 20 minutos no bastaban", aseguró la cantante, actriz, empresaria vinícola, escritora de libros infantiles y ahora cineasta, al explicar la gestación del proyecto. Aguantar 1.200 segundos de su película requiere un notable nivel de resistencia a su protagonista, Eugene Hütz, que pasa por ser el líder de la banda neoyorquina más cool del momento, Gogol Bordello, y que ayer, después de interpretar a la guitarra una de sus tonadas gipsy punk, comentó haber escrito él mismo buena parte de sus líneas de diálogo. Hütz se pasa todo el metraje de la película escupiendo directamente a cámara homilías del tipo "no hay nada como tener los bolsillos llenos para sentirse vacío".

La película incluye también un poco de sadomasoquismo y alguna que otra estríper bailoteando, varios montajes de videoclip y una colección de personajes que se comportan raro y, al final, logran ser felices. ¿Cuál es el sentido de todo? En palabras de la diva, "la dualidad de la vida, cómo nuestra experiencia se construye a partir de la unión de elementos contradictorios, como la mugre la sabiduría, pero complementarios". Añadió que se enfrentó al filme como un "viaje propio" y espera hacer "más música y más cine".

"Pese al éxito que he tenido, aún sigo tratando de hallar mi camino", apuntó la cantante. Pero para explicar el por qué de este filme lo más fácil es dar por hecho que Madonna, una de las mujeres más ricas del mundo, tuvo un capricho. Luego tuvo otro y quiso presentar su obra en la Berlinale, y allí llegó en avión privado, trató con desdén a la prensa --"Esa pregunta es muy provocativa", dijo para evitar contestar por qué decidió dirigir--, dio un fiestón en el lugar más exclusivo de Berlín, se paseó por la alfombra roja y se fue a casa. "Mientras estoy aquí, solo soy una directora", había dicho antes. Qué más quisiera.