Hasta ahora sabíamos que John Malkovich es un actor, productor y director de cine de prestigio internacional. Pero el mejor malo de los malos descubrió ayer en Tarragona que es un auténtico experto en la obra de Josep Maria Jujol, el arquitecto tarraconense colaborador de Gaudí y uno de los estandartes de la arquitectura modernista. Malkovich, que por la noche puso en escena como director y narrador el montaje teatral The infernal comedy en el teatro Metropol --obra de Jujol--, participó en una mesa redonda sobre la obra de su admirado arquitecto.

Vestido con un traje claro y la aureola de las auténticas estrellas, el artista desplegó en el Metropol un derroche de elegancia y conocimientos sobre la obra de Jujol, al que incluso descubrió a muchos de los tarraconenses. "Muy pocos arquitectos saben llegar al corazón como Jujol", explicó el de Illinois.

"A pesar de que casi siempre hace de malo en las películas, es un hombre muy sensible", reconoció ayer Josep Maria Jujol hijo, que vio cómo la presencia de Malkovich en Tarragona está sirviendo para dar a conocer la obra de su padre. "Es un gran desconocido", admitió el hijo del arquitecto tarraconense, que colaboró con Gaudí en obras como la Casa Batlló, la Pedrera y el Parc Güell.

Malkovich llegó el miércoles por la tarde a Tarragona. El actor explicó que descubrió a Jujol en una de sus visitas a Barcelona. "Me quedé estupefacto al ver la Casa Planells", confesó ayer el protagonista de Las amistades peligrosas . Más tarde fue conociendo los diferentes edificios de Jujol desperdigados por los pueblos tarraconenses. "Aunque no soy demasiado religioso, la obra que más me gusta es la iglesia de Vistabella", reconoció el actor al referirse al templo de La Secuita (Tarragona). "La obra de Jujol es una cosa viva como el teatro", insistió en sus alabanzas. "En Vistabella sientes algo diferente, que no encuentras en cualquier otra iglesia", añadió.