A la segunda fue la vencida, y Mariah Carey, tras el bochornoso fracaso que cosechó en la última edición por una desgraciada concatenación de fallos técnicos, ha conseguido realizar una buena actuación en la tradicional y multitudinaria fiesta de Año Nuevo, que se celebra en la neoyorquina Time Square.

Pero tras el fracaso, que fue muy criticado, la popular artista estadounidense no se arredró y anunció que asumía el reto de desquitarse en la siguiente edición."Todos podemos estar de acuerdo en que el año pasado no fue exactamente como lo planeamos y estamos encantados de avanzar juntos para brindarle a EEUU una increíble noche de música y celebración", explicó Carey.

Y así ha sido. Su actuación se saldó sin problemas técnicos y con la artista en plena forma, demostrando sus poderes. Y eso que la actuación no se celebró en las mejores condiciones: las actuaciones de artistas, tanto de Carey, como de Andy Grammer y Nick Jonas -que amenizaron la espera de las campanadas- fue seguida en directo por centenares de miles de asistentes que tuvieron que soportar temperaturas gélidas (12º bajo cero) durante más de seis horas.

Carey interpretó dos de sus grandes éxitos de los años 90, 'Vision of Love' y 'Hero', y tuvo suficiente coraje como para bromear sobre su fracaso del año pasado: durante su actuación simuló que buscaba por el escenario un té caliente que le habían prometido, pero no lo encontró. "¡Oh, esto es un desastre!", exclamó riendo.

'Imagine', para empezar

El cantante estadounidense Andy Grammer fue el encargado de interpretar, poco antes de medianoche, el famoso himno de paz 'Imagine' de John Lennon, actuación que precedió al descenso de la famosa bola de cristal. La bola, de más de cinco toneladas compuesta de 2.688 triángulos de cristal, bajó iluminada con sus luces ecológicas de color rojo, azul, verde y blanco, creando así un impresionante caleidoscopio.

El público congregado en la plaza, ataviado con coloridas bufandas rojas, gorros y globos con cintas doradas, cantó y aplaudió la llegada del nuevo año en la Gran Manzana entre una lluvia de más de 1.300 kilos de confeti y fuegos artificiales.

Este año la invitada especial fue Tarana Burke, fundadora del movimiento #MeToo contra el acoso sexual, quien, junto al alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, activó el botón Waterford Crystal que hizo descender la esfera justo un minuto antes de la medianoche.

Se trata de un gesto simbólico, ya que el botón en sí mismo sólo inicia la cuenta atrás en el reloj, mientras que el descenso de la bola desde una altura de 40 metros se activa desde una sala de control de forma sincronizada.

Desde 1996, todos los alcaldes de la ciudad han tenido el privilegio de pulsar el botón junto a celebridades y personajes públicos que son elegidos por su aportación o importancia dentro de una comunidad determinada. Entre los invitados en años anteriores figuran Bill y Hillary Clinton, Muhammad Ali, Lady Gaga y The Rockettes.

Como marca la tradición, tampoco faltó el 'beso de medianoche', que se dieron las parejas justo después de las 12, un ritual de amor que, según los supersticiosos, evita 365 días de soledad.

Las celebraciones estuvieron acompañadas de estrictas medidas de seguridad, con registros en todos los puntos de entrada y fuerzas especiales antiterroristas desplegadas en las calles colindantes.