A estas horas del día, media España ya conoce la noticia luctuosa en las redes (sociales): Lola, la perrita que alegraba las jornadas de Mariló Montero, ha fallecido. La periodista ha utilizado el Instagram para compartir el disgusto.

“San Antón, patrón de los animales, ha tomado la decisión de llevarse hoy, en su Día, a mi querida Lola. Qué suerte van a tener en el cielo cuando la conozcan. A mí, me ha destrozado el corazón”.

El mensaje incluye un brevísimo vídeo donde se ve a Lola, de raza yorkshire, correteando sobre la primera nevada de este invierno en Nueva York. El paisaje, una terraza de Manhattan, en off la voz de Montero llamando “cariño” a su queirda Lola. ¿Pudo morir la perrita de un fuerte resfriado? No hay referencias al respecto. Solo el inmenso dolor de la propietaria compartido con sus seguidores.

Tras transmitir el pésame a la expresentadora, la reflexión: las mascotas también van a cielo.

Montero se instaló el pasado otoño en Nueva York para acompañar la trayectoria profesional de su hija Rocío. Periódicamente transmite sus emociones a través de su cuenta en Instagram. Una noche señalada y compartida fue la que conoció a Woody Allen.