"No puedo estar ciego ante sus actos, pero no quiero verlo destrozado". Con estas palabras Michael Douglas pidió al juez de Nueva York que lleva el caso de su hijo mayor por un delito de drogas que tenga "clemencia", mediante una carta de cinco páginas de su puño y letra en la que reconoce que muchos de los problemas de Cameron se deben al peso de la fama de un clan familiar con un largo historial de alcohol y drogas. "Algo sé de la presión que se siente cuando se tiene un padre famoso".

El actor se suma así a las peticiones de indulgencia recibidas en el juzgado de Richard Berman, que tiene previsto dictar sentencia el 27 de abril. Desde su madre Diandra y su abuelo Kirk Douglas hasta su madrastra Ca-therine Zeta-Jones, o el entrenador de la NBA Pat Riley. Todos han tratado de destacar las bondades del joven que hace un par de meses se declaró culpable de un delito de tráfico de metanfetaminas tras su arresto en un hotel de Nueva York, el verano pasado. "Cameron mantiene su espíritu, no culpa a nadie más que a sí mismo y reconoce que su actividad criminal comenzó con el uso de heroína", dice Michael al referirse a los 8 meses que su hijo lleva encarcelado a la espera de sentencia, que se hará en una audiencia pública a pesar de que los abogados del joven habían intentado sin éxito que la lectura del fallo fuera en privado. Cameron Douglas se enfrenta a 10 años de cárcel.