La noticia interrumpió la programación de la televisión británica a primera hora de la mañana. Casi inmediatamente comenzó el desfile de personalidades recitando una letanía de tributos en su honor, que se prolongaría hasta la noche. Jade Goody, la estrella inglesa de Gran Hermano , murió ayer a los 27 años, víctima de un cáncer.

La enferma falleció mientras dormía en su casa de Upshire, en el sureste de Inglaterra. Su propia madre, Jackey Budden, informó a los reporteros, que, con las unidades móviles a punto, hacían guardia a la puerta de la vivienda desde hace días, esperando el fatal desenlace. La desaparición de quien deja dos hijos de 4 y 5 años, coincidió con la celebración del Día de la Madre en el Reino Unido. Las autoridades estuvieron a la altura de las circunstancias. El primer ministro británico, Gordon Brown, alabó "el coraje y la determinación" de la fallecida, mientras que el obispo Jonathan Blake destacaba la "tremenda inspiración y ejemplo" que significaba para otros enfermos. Goody supo el pasado otoño que el cáncer no le daría tregua y convirtió su agonía en su último show ante las cámaras, siguiendo el ejemplo de como había vivido durante los últimos siete años. Esa fue también, según confesión propia, la etapa más feliz de su existencia, cuando se hizo millonaria y pudo dejar atrás un hogar roto por la droga y la pobreza.

Su padre, toxicómano, acabó en la cárcel por robo a mano armada, antes de morir prematuramente. Ella tuvo que cuidar a su madre después de que esta sufriera un accidente de moto. El debut de Goody en la edición del 2002 de Gran Hermano no parecía muy prometedor. La chica vocinglera y sin estudios, que trabajaba como ayudante de un dentista, era el ejemplo vivo del fracaso escolar entre las clases desfavorecidas. La prensa la insultaba, el país se avergonzaba de su ignorancia, el resto de los concursantes se reían de sus patinazos, pero todos hablaban de ella. Goody no ganó el concurso televisivo, pero acabó convertida en una estrella de las exclusivas. En su retorno a Gran Hermano , hace dos años, los comentarios racistas a propósito de la estrella india Shilpa Shetty le valieron 45.000 quejas de los espectadores y estuvo a punto de hundir definitivamente su carrera. La última palabra, sin embargo, la tendría el cáncer, del que fue informada en la India, cuando participaba, una vez más, en Gran Hermano , invitada por Shetty.

DINERO PARA SUS HIJOS Su reacción fue apretar el acelerador de la fama y recaudar todo el dinero posible para sus hijos. Operaciones, corte de pelo, quimioterapia, estancias en el hospital, una boda con un novio recién salido de la cárcel, su bautismo y el de sus dos hijos, risas y lágrimas. Todo lo acabó vendiendo a la prensa y a la televisión. El funeral, aún sin fecha, debería dar la medida del fenómeno Goody. "Ella quería que fuera una gran celebración, porque será su adiós definitivo a todos", ha declarado su relaciones públicas, Max Clifford.