Los visitantes del Museo de Cera de Madrid se encontraron ayer con una sorpresa: la nueva figura de la princesa de Asturias. La estatua ha sido sometida a un lifting para reproducir el nuevo rostro de Letizia Ortiz, resultado de la septorrinoplastia a la que se sometió en agosto del año pasado y que cambió notablemente su perfil.

La nueva réplica de la princesa aparece con las facciones más dulcificadas y con un traje de Hannibal Laguna en gasa negra y cuerpo en tono champán bordado con pedrería junto al príncipe Felipe, que viste un chaqué.

La galería tomó la decisión de sustituir la figura de la princesa cuando los especialistas que trabajan en el museo comprobaron que la cara actual de la princesa se parecía muy poco a la que se exponía en el salón de los Reyes junto a los otros miembros de la familia real. "En cera es difícil cambiar una nariz, los pómulos o la barbilla porque se puede romper la figura. Por eso hemos decidimos hacer un molde nuevo", explicó Gonzalo Presa, relaciones públicas del museo. Presa dijo que ha sido necesario emplear cinco meses en acabar la estatua, que ha sido esculpida teniendo en cuenta los vídeo y fotografías actualizadas de la princesa de Asturias.

Las estatuas de cera de los Príncipes de Asturias han cambiado de vestuario en tres ocasiones durante estos últimos años. Las dos primeras se presentaron con la misma indumentaria que lucieron en la petición de mano: él traje oscuro y ella un traje pantalón blanco de Armani que levantó la admiración de público y modistas. Cuando se casaron, el 22 de mayo del 2004, el museo volvió a vestir a los príncipes con otros trajes. A Felipe con un chaqué y a Letizia con un vestido de noche color champán de amplio vuelo diseñado por Toni Benitez con dos lazos en la cintura y un chal sobre los hombros.