Un club de carretera en la N-340, cerca de Tarifa (Cádiz), quiso un reclamo atractivo para que los automovilistas se desviaran de su ruta y descubrieran los secretos de El Jardín. Se lo encargó a una empresa de rótulos de la vecina Algeciras, que hace un mes colocó el panel de neón con una chica guapa en biquini. El problema es que la joven de la foto no es una de las chicas del club, sino que se ha hecho desde hace cuatro días muy famosa en España, con una aparición estelar sobre el césped del Bernabéu. La foto es de Sylvie Meis, esposa del último fichaje del Real Madrid, Rafael van der Vaart.

La agencia que representa a Sylvie, Essel Sports de Amsterdam, ya se ha puesto en contacto con un abogado en España, después de que el diario holandés De Telegraaf publicara ayer una foto del rótulo. Un turista holandés había reconocido a la mujer de Van der Vaart, uno de los rostros más conocidos de Holanda y Alemania, donde ha jugado los últimos años.

"No se puede admitir que se utilice una foto de una mujer conocida para estas cosas", dijo ayer una representante de la agencia, que añadía que "a Sylvie le duele por su familia". Casualmente, los abuelos de Van der Vaart son andaluces y viven en Chiclana de la Frontera, a 85 kilómetros del club donde han colgado a la mujer de su nieto.

"No lo sabía, de verdad. ¿Cómo voy yo a saber eso?", dijo ayer a este diario el gerente de El Jardín, sorprendido por tener una mujer famosa en su puerta. "¿Es esa, la del nuevo del Madrid? ¿De verdad? Pues si hace falta, lo quitaré enseguida y encargo otro rótulo", comentaba. Se excusaba con que había dado el encargo a la empresa Clemente Rótulos de Algeciras, donde ayer no cogía nadie el teléfono.

Seguramente, un operario ha descargado la imagen de Sylvie Meis de internet, ya que la foto figura en su página oficial, www.sylvievdvaart.nl, aunque hay un aviso claro de que se reserva el copyright a la agencia Essel. Pero no es la primera vez que a Sylvie le sucede esto: hace un mes se descubrió un anuncio de un club de Florida en una revista, igualmente con la cara angelical de Sylvie como reclamo.