Giancarlo Maria Bregantini, obispo de la diócesis de Locri-Gerace, en la región de Calabria (sur de Italia), una de las más afectadas por los incendios, afirmó hoy que los pirómanos merecen la excomunión. "Yo osaría hablar de excomunión. Provocar un incendio es un acto gravísimo contra la vida de la naturaleza, de los bosques y de todo lo que Dios ha donado", dijo hoy el obispo en Radio Vaticano.

Para el prelado, quien provoca intencionalmente un fuego tiene "que ser perseguido con la misma intensidad" con la que la Iglesia católica trata a quien realiza un aborto y, por tanto, ser excomulgado. Un joven de Lappano, en Calabria, murió ayer cuando intentaba apagar un fuego, con lo que se elevan a cinco las víctimas de los incendios en el país en las últimas semanas. La mayoría de los incendios se ha registrado en el sur de Italia, por lo que el obispo de la diócesis calabresa afirmó que, además de condenar estos actos, "el área meridional tiene que dotarse de mejores instrumentos para combatir el fuego".

El obispo propuso la creación en cada localidad "de un grupo de jóvenes formados y equipados", que permita una rápida intervención en cuanto se vean las primeras señales de un incendio, mientras se espera a los bomberos. Bregantini instó a los ciudadanos a "no limitarse" a marcar al número de los bomberos, sino también a acercarse para ver si se puede hacer algo para apagar el fuego, cuando aún es pequeño.

"Sería algo estupendo si en todas las comunidades sonasen las campanas para invitar a la gente a que ayude en las labores de apagar un incendio", añadió. Para el obispo de Locri-Gerace, hay que trabajar más en cambiar las consciencias que en "militarizar" los territorios con el envío del Ejercito para extinguir los fuegos.