Poca gente le conoce por su nombre de verdad: Patrick Dempsey. Ahora bien, ¿hay alguien que no sepa quién es el doctor Shepherd de Anatomía de Grey ? El atractivo cirujano de la serie televisiva aterrizó ayer en Madrid para presentar La boda de mi novia , una comedia romántica que se estrena el 30 de mayo y que protagoniza junto a Michelle Monaghan. El actor se presentó ante la prensa con un impoluto traje oscuro, una barba de dos días perfectamente descuidada y una impecable sonrisa. Sin embargo, admitió que no se encuentra especialmente guapo. "Cuando me veo en el espejo veo errores", dijo. ¿Qué errores?, le preguntaron. "Nada que se pueda confesar a los periodistas", contestó.

Dempsey (EEUU, 1966) vive un momento dulce. La vida profesional le sonríe. Y la personal, también. Gracias a su papel en Anatomía de Grey se ha convertido en el novio de Estados Unidos . Pero no siempre fue así. En su tierna juventud era más bien un tipo feíllo que dedicó muchos años y esfuerzos a recorrer pasillos en busca de una oportunidad.

Ese pasado tan duro es lo que ahora le hace sonreír cuando alguien le llama galán de éxito. "Hay que relativizarlo todo. Especialmente, el éxito profesional y la belleza física", admitió. "Mi experiencia en la vida --añadió-- me demuestra que el éxito es algo que se puede perder. El mundo del cine es muy, muy duro. Y la fama es algo pasajero. Mientras dura, dura".

Eso sí, que quede claro que cualquier joven se puede convertir en un príncipe. "Efectivamente, mi caso demuestra que hay esperanza para todos". Vivan las segundas oportunidades.