Paul McCartney fue la estrella en el desfile de su hija Stella, ayer en París, hasta el punto que eclipsó la colección primavera-verano 2010 que presentó la modista. Todo el mundo quiso sentarse al lado del exmiembro de los Beatles y fotografiarse junto a él. Y él, amable, accedió. Así, por ejemplo, las actrices Charlotte Rampling y Gwyneth Paltrow se pusieron a su lado para aplaudir las propuestas volátiles, coloristas y con motivos naturales que lucían las modelos. McCartney manifestó sentirse orgulloso de Stella. "¡Es la mejor!", proclamó antes de desaparecer detrás del escenario junto a su novia, la millonaria Nancy Shevell, de 47 años, (ambos en la foto), para dar un beso a la modista. A los 67 años, el artista se resiste a convertirse en un jubilado y no deja de pensar en nuevos proyectos. De hecho, acaba de firmar un contrato para dar clases de bajo, batería y guitarra a través de un portal en internet. Por solo siete euros, miles de interesados podrán contar en breve con su asesoría. En París, la colección de Alta Costura de la española Estrella Archs para Ungaro incluyó un paseíllo de la polémica Lindsay Lohan.