Decenas de medios de comunicación, 700 invitados, numerosos agentes de seguridad y miles de flores y velas invadieron ayer el paraíso caribeño de Xcaret. Ese parque ecoturístico de la Rivera Maya acogió ayer la boda de Paulina Rubio y Nicolás Vallejo-Nájera, enlace que los novios blindaron a todo tipo de cámaras --prohibieron incluso que los invitados entraran con teléfonos móviles--, excepto a las de una revista del corazón a la que vendieron la exclusiva y cuyos fotógrafos tenían tomadas las instalaciones del recinto.

La capilla de San Francisco de Asís, con vistas al Caribe y repleta de rosas, orquídeas y lisiantus blancas, acogió la ceremonia religiosa en la que Paulina y Colate se dieron el sí, quiero más esperado. Una misa corta oficiada por el cura irlandés Bernard Quinn que, días antes de las nupcias preguntaba por el empresario español: "He hablado con la madre de ella --Susana Dosamantes-- y nos hemos puesto de acuerdo en algunos detalles, pero a él no lo conozco. ¿Quien es él? ¿Qué hace?".

700 INVITADOS

A pesar de que la popularidad de él apenas se pueden comparar con la aureola de glamur de la chica dorada, ambos han reunido a 700 invitados. Un avión fletado el sábado desde Madrid trasladó a los asistentes españoles, una larga lista en la que destacaba, por encima de todos, el nombre de Eugenia Martínez de Irujo, ex de Colate, que viajó con su hija y sin Gonzalo Miró. Con ella coincidieron en las playas de Xcaret compañeros de profesión de Pau como Coti, Julieta Venegas, Alejandro Sanz y Shakira, modelos como Laura Ponte y Ariadne Artiles y otros habituales de la prensa del corazón: Rafael Medina, Pepe Barroso, Simoneta Gómez Acebo, Michelle Salas, Genoveva Casanova y María Chávarri, entre muchos otros. Por expreso deseo de los novios, todos tenían que ir de blanco, como Paulina, que eligió un modelo de la diseñadora española Rosa Clará.

Pau y Colate organizaron para sus huéspedes dos fiestas previas a la boda: una reducida, a la que acudieron 50 personas el sábado por la noche, y otra a lo grande para todos los invitados, el domingo, en la Playa de Mayacobá. Dicha celebración estuvo a punto de costarle la boda a los novios, ya que Paulina Rubio acabó en el hospital con cuatro puntos de sutura en un pierna. La cantante se cayó de una mesa en la que estaba bailando pasadas las 23.00 horas. Tras el enlace, los invitados asistieron a la recreación de un juego de pelota prehispánico y recorrieron las ruinas.