Cuando los dos supervivientes de los Beatles aparecen juntos en un escenario es difícil que la causa que les lleva a reunirse pueda más que el reencuentro. Y así quedó de manifiesto el sábado en Nueva York, cuando Paul McCartney y Ringo Starr participaron en El cambio empieza en uno mismo, una gala benéfica organizada por la fundación del cineasta David Lynch para promover la meditación trascendental entre los escolares.

Fueron cuatro horas de concierto con artistas como Sheryl Crow, Moby, Donovan, Eddie Vedder, Ben Harper, Angelo Badalamenti y el beach boy Mike Love; una noche de música, discursos, comedia y vídeos con testimonios de niños cantando las alabanzas de la meditación e implorando la paz mundial. Pero para los 6.000 asistentes que pagaron hasta 1.500 euros por entrada, el mayor premio fue la posibilidad de ser testigos directos de un reencuentro que no se producía desde el 2002, cuando McCartney y Starr participaron en Londres en el concierto organizado en el aniversario de la muerte de George Harrison.

Primero por separado y finalmente juntos, entonando With a little help from my friends, los antiguos compañeros de John Lennon resucitaron su viaje a la India de 1968 para meditar con Maharishi Mahesh Yogi.

McCartney lanzó la frase que mejor resumió el espíritu de la velada: "Paz y rock and roll".