Los funerales suelen dar a la gente en duelo cierta sensación de que un círculo emocional se cierra. En el caso del de Michael Jackson, sin embargo, el gran homenaje del martes en el Staples Center de Los Angeles --convertido en fenómeno global gracias a la televisión, a internet y al interés de fans y curiosos-- fue solo una pausa, un oasis en un desierto aún plagado de interrogantes.

Solo la familia sabe dónde ha sido trasladado el féretro con los restos del cantante --cuyo certificado de defunción fue difundido ayer--, que velaron el martes por la mañana en un acto privado en el cementerio de Forest Lawn. Luego lo expusieron en el homenaje público en el Staples, tras el que celebraron otra reunión familiar privada en el Hotel Beverly Wilshire. La filosofía que mantienen, y que ha resumido el jefe de policía local, William Bratton, es: "Hay que mantener algunos secretos".

Además, está metido en el ojo de un huracán por la factura que la protección de la familia y la organización del dispositivo de seguridad en los actos públicos puede acarrear. Desde que Jackson murió el 25 de junio, los agentes han tenido que trabajar en la mansión que el músico tenía alquilada en Bel-Air, en la residencia de la familia en Encino, en el hospital, en el cementerio, escoltando coches...

Y la culminación llegó el mismo martes, cuando 3.000 agentes fueron desplegados para controlar lo que se esperaba que fueran masas de centenares de miles de personas en los alrededores del Staples Center.

Al final, la cosa quedó en algunos fans y, aunque un millar de agentes fueron enviados a casa, la factura puede superar los 3,8 millones de euros. Incluso la fiscalía local ha empezado a investigar cómo puede ser que las arcas municipales (con un déficit de 380 millones de euros) deban acarrear con los gastos cuando se trata de un acto privado tras el que está una familia con miembros millonarios y una empresa como AEG, dueña del Staples y promotora del homenaje.

GRANDES AUDIENCIAS Y mientras, a la espera de los datos de audiencia televisiva en EEUU, los medidores de internet ya confirmaban ayer aumentos de hasta el 33% durante el homenaje. Incluso las televisiones tuvieron seguidores por la red. Por ejemplo, 9,7 millones de personas siguieron el acto por la web de CNN.