El misterio se ha desvelado en la ciudad de San Francisco (EEUU). En lugar de una playa paradisiaca del Caribe o la Polinesia, Iker Casillas y Sara Carbonero han elegido la California de Arnold Schwarzenegger para pasar sus vacaciones. La pareja de enamorados más romántica del Mundial no ha podido evitar que los sabuesos del teleobjetivo los encontraran solo tres días después de que cogieran un avión en Barajas. Para los paparazis, Casillas y Carbonero eran el objetivo prioritario del verano después de protagonizar el beso más difundido del mundo. Antes de cruzar el charco, el portero merengue llevó a su chica a Navalacruz, el pueblo de Avila donde viven sus abuelos paternos y donde el guardameta se está construyendo una casa.

La persecución ha seguido al otro lado del Atlántico, donde han captado al futbolista y la periodista cogidos de la mano recorriendo las calles más turísticas de San Francisco, sentados en un parque y besándose como dos enamorados. La pareja ha actuado con toda normalidad, sin reprimir sus sentimientos a pesar de ser conscientes de que eran seguidos por las cámaras. Se les ha visto comprando unas sudaderas en un mercadillo para protegerse del frío y atendiendo a un turista que tras reconocer al guardameta le pidió una foto y un autógrafo. Iker no puso ningún reparo a posar con el hincha y Sara ejerció de improvisada fotógrafa.

La pareja mediática del momento, los novios del mundo, están pasando unas cortas y románticas vacaciones tras el Mundial de Suráfrica. Este verano ya no son Felipe y Letizia, ni David y Victoria Beckham los más deseados por los objetivos de los paparazis, sino ellos. Serán perseguidos hasta la saciedad, como en un safari africano.

LA GUINDA Aunque no lo pretendiera, el beso del cancerbero a la Carbonero, minutos después de que la selección española se proclamara campeona del mundo y ante una audiencia millonaria, ha disparado un interés planetario por la pareja. Fue como la guinda amorosa a una película de gladiadores. Un beso de amor tras una noche de sudor y patadas. Había demasiada emoción y rabia acumulada en ese beso. Y una intrahistoria romántica irresistible para el gran público, ávido de parejas felices y triunfadoras donde proyectar el anhelo de una vida mejor. Casillas, el felino guardameta, y Carbonero, la reportera de ojos felinos, encajan como un guante en esa fantasía colectiva.

El inicio de la historia se sitúa en Suráfrica. El verano pasado, durante la Copa Confederaciones, Iker fijó su mirada en los ojos oceánicos de la reportera de Tele 5, antes de La Sexta. Sara salí acon otro joven periodista deportivo, David Sánchez, ahora en la COPE, con el que había coincidido en Radio Marca, donde ella empezó como becaria en el 2005. Casillas, que salía de una relación de ida y vuelta de tres años con la modelo y ex-Miss España Eva González, y algún otro noviazgo posterior, se quedó prendado de la periodista. Empezó a enviarle flores y cartas, pero ella se resistía. De vuelta a España, el fulgurante enamoramiento del portero se convirtió en comidilla del vestuario en el Real Madrid.

UN BESO DE DOS MILLONES Antes del Mundial, la periodista posó para las portadas de las revistas Cosmopolitan y Elle. Anteriormente había hecho una sesión de fotos sexis para el Magazine de El Mundo, además de colaborar en El programa de Ana Rosa Quintana. Alguna vez ha dicho que el circo de Tele 5, con Belén Esteban a la cabeza, le resulta "muy gracioso", y que "ha aprendido a ser indiferente" ante el acoso mediático. Se desconoce si también ve gracioso que T-5 venda las imágenes de su beso a dos millones de euros a cualquier televisión que quiera emitirlas.

En cuatro años ha pasado de ser becaria a subdirectora de deportes, con 100.000 euros anuales de sueldo. "El físico influye a la hora de mejorar, pero si una persona no vale no llega a ningún sitio, por atractiva que sea", insiste ella. Así es el mundo en que vivimos. Iniesta no responde a los cánones de belleza y él y su novia pasarán un verano tranquilo. A Casillas y Carbonero les espera un buen tostón.