A Madonna, la cantinera, están a punto de cortarle el grifo de la cerveza. El pub que la cantante y su marido, Guy Ritchie, compraron en Londres, está siendo investigado por sablear a los turistas, cobrándoles más que a los parroquianos habituales. Con sus viejas puertas de madera, jardineras de flores en la entrada y faroles de otra época, El Punchbowl, en el distinguido barrio de Mayfair, es un local del siglo XVIII bien restaurado. La pareja lo adquirió en febrero por 3,1 millones de euros al hijo de un conocido gángster.

Además de las bebidas, en los reservados se sirven algunos sencillos menús, a una clientela entre la que se cuentan Al Pacino y Robert de Niro. Hay también muchos turistas incautos a los que, según el Evening Standard, les están cobrando la pinta de cerveza hasta 40 peniques (medio euro) más cara que a la clientela fija. De confirmarse la infracción, que investigan las autoridades del distrito de Westminster, el pub podría ser clausurado hasta seis meses.

Brian Richardson afirma haber sufrido el sistema de doble tarifa: "No hay lista de precios. No me importa pagar más, pero es completamente arbitrario". Los encargados del pub niegan las acusaciones y desde la concejalía de Westminster, Sue Jones, a cargo de los comercios del distrito, afirma que su departamento está tratando de ponerse "en contacto con los dueños".

Madonna está a punto de iniciar su gira mundial, Sticky and sweet, y Ritchie, por su parte, prepara el estreno de su última película, RocknRolla.