El príncipe Enrique está desde ayer en Inglaterra, a donde llegó procedente de Afganistán tras pasar 10 semanas luchando contra los talibanes sin el conocimiento de la opinión pública. Su avión procedente de Kandahar aterrizó pasadas las once de la mañana en la base militar de Brize Norton, en el condado de Oxford. A Enrique le esperaban su padre, el príncipe Carlos, y su hermano, Guillermo.

El heredero al trono dijo estar "inmensamente orgulloso" de su hijo menor y añadió que sentía "un gran alivio de que haya vuelto a casa de un pieza". El príncipe se hallaba "particularmente frustrado" porque Enrique fue retirado precipitadamente de Afganistán: "El quería volver con su regimiento", aseguró.

La salida, por razones de seguridad, del joven subteniente de 23 años conocido como corneta Gales se decidió después de que el portal estadounidense Drudge Report informara en internet de su presencia en el frente de Helmand, en el sur de Afganistán. La prensa británica, en cambio, respetó un acuerdo con el Ministerio de Defensa para no revelar la misión de Enrique hasta que estuviera de vuelta.

El nieto de Isabel II apareció en televisión luciendo una gorra con la bandera de EEUU y su lenguaje cuartelero resultó provocador. Al hablar de los enemigos utilizó la expresión "Terry Talibán y sus colegas". Terry es un diminutivo de terrorista y es un término inventado por los soldados británicos destinados en Irlanda del Norte para designar a los miembros del IRA. Enrique alardeó de ser el objetivo de los terroristas, una atracción por la que, según dijo, ha recibido el apodo de el imán de las balas. "Cuando se sepa que estoy aquí cada persona que apoya (a los talibanes) va a tratar de liquidarme", afirmó. El diario The Guardian, que acató el bloqueo informativo, se preguntaba en portada si Enrique no será "el príncipe de las relaciones públicas".

El despliegue familiar en el aeropuerto de Brize Norton respalda la tesis de un lavado de imagen patriótico para la oveja negra de la familia real británica. La BBC, cuyos portavoces aseguran que aceptar el pacto de silencio fue "una decisión agónica", debe entrevistar hoy a Enrique y seguirá emitiendo reportajes durante toda la semana.