Los asesores reales y militares del príncipe Enrique de Inglaterra le han prohibido frecuentar los clubes londinenses mientras sus compañeros sirvan en Irak por temor a las reacciones que su comportamiento nocturno podría suscitar en la opinión pública.

Dos días después de que el jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra británico, el general Richard Dannat, anunciara que el príncipe no servirá finalmente en Irak por las amenazas recibidas, el joven debe acatar ahora la nueva orden de no salir de fiesta durante los seis meses que debería haber servido en Irak, informa hoy el tabloide británico "The Sun".

"Queda claro que ya no puede haber más noches de borrachera (del príncipe). Enrique comprende perfectamente la mala imagen que daría si estuviera pasándolo bien mientras sus compañeros arriesgan sus vidas", afirma una fuente de la realeza citada por el rotativo.

Según añade la misma fuente, sería "inaceptable" la publicación en la primera página de los periódicos de fotografías del príncipe, de 22 años, saliendo de juerga mientras en el país árabe fallece uno de sus compañeros de batallón, el "Blues and Royals" de la Guardia Real.

Enrique, que tiene rango de subteniente, sigue decepcionado por la prohibición de no poder ir a Irak, donde este mismo mes de mayo debía ponerse al mando de una unidad de doce soldados y cuatro vehículos acorazados de reconocimiento Scimitar.

El nuevo papel que desempeñará en el Ejército británico el tercero en la línea de sucesión aún está por decidir, aunque, según fuentes militares, podría incorporarse al Household Cavalry Mounted Regiment, regimiento de caballería donde desempeñaría servicios de guardia en las ceremonias de su abuela, la reina Isabel II.