Son las imágenes más esperadas del verano mallorquín. Ayer, por fin, se pudo ver a las infantas Leonor y Sofía y comprobar cómo han cambiado las niñas de un año a otro. La aparición de las nietas de los Reyes tuvo lugar durante un paseo que los príncipes de Asturias hicieron con las niñas por el parque de la Mar, situado a los pies de la catedral de Palma y muy cerca del Real Club Náutico, donde se celebra la Copa del Rey de Vela

La presencia de las pequeñas se convirtió, como cada vez que aparecen, en todo un acontecimiento. Sofía y Leonor aparecen en muy contadas ocasiones porque sus padres quieren que las niñas crezcan como todas las demás. Por esa razón, su aparición de ayer congregó a una cincuentena de reporteros gráficos y a numerosos curiosos.

Felipe y Letizia llegaron al parque alrededor de las 11 de la mañana, una hora en la que el trasiego de turistas es constante. Leonor, que en octubre cumplirá cuatro años, llegó cogida de la mano de su padre, y Sofía, que tiene poco más de dos, de la de Letizia. Las pequeñas lucían el mismo vestido en tonos rosas con los laterales estampados con florecitas de igual color. El conjunto estaba rematado por unos lazos y ambas calzaban unas sandalias menorquinas blancas. Letizia eligió para la ocasión un vestido fresco de corte imperio en cuatro colores (gris, rosa pálido, color tierra y rosa oscuro) a conjunto con los de sus hijas. La Princesa, que ha sido elegida por la edición estadounidense de la revista Vanity Fair como una de las personalidades mejor vestidas del mundo, calzaba unas sandalias rosas, de esparto, con cuña y tiras anudadas al tobillo.

En un primer momento, la pequeña Sofía parecía resistirse un poco al paseo. A la entrada del parque, una estatua humana que representaba a un indio americano llamó la atención de la hija pequeña de los Príncipes, que a toda costa quería acercarse a ella, y fue su madre quien terminó por convencerla para que siguiera caminando. La benjamina de los Príncipes tiene carácter y parece más revoltosa que su hermana Leonor. "Saluda a estas personas", le dijo Felipe a su hija mayor señalando a los fotógrafos que seguían sus pasos. Entonces, la niña levantó tímidamente su manita y, como una profesional, saludó a los reporteros gráficos. Las pequeñas están acostumbradas a ser el foco de atención de las cámaras y posaron con sus padres con toda naturalidad.

FOTOS CON TURISTAS "Vaya calor", comentó Felipe antes de bajar las escaleras que conducen al lago del parque. Allí, la Princesa cogió en brazos a la pequeña Sofía para mostrarle la catedral palmesana. Cuando unos turistas españoles se acercaron a la Princesa para pedirle una foto, Letizia no dudó en posar con ellos en una instantánea a la que se sumaron las niñas y Felipe. La escena se repitió en otras ocasiones, también con turistas extranjeros, mientras la familia al completo se dirigía a su coche.

Los Príncipes y sus hijas, seguidos por un discreto servicio de seguridad, se mezclaron con los turistas que compraban en los puestos del mercadillo de artesanía Mercat de la Diversitat, instalado estos días en el parque de la Mar ,para demostrar que Mallorca es un lugar seguro para pasar las vacaciones y que así lo entiende la familia real.

Al pasar por delante de un puesto de marroquinería, el dependiente entregó a las pequeñas unos monederos que Letizia le devolvió amablemente, porque no quiere que las niñas se acostumbren a recibir regalos. Entonces, los príncipes de Asturias dieron por terminado el paseo, un cuarto de hora después de su llegada. Sentaron a las pequeñas en la parte trasera de su vehículo, en sus respectivas sillitas, y se dirigieron al Real Club Náutico de Palma para dejar a Felipe incorporarse a la tripulación del CAM para la tercera jornada de la Copa del Rey de Vela. El barco en el que navega el Príncipe ocupaba hasta ayer el cuarto puesto de la clasificación general entre las 16 embarcaciones que compiten en la categoría IRC, la clase más disputada de la prueba, en la que están las naves de mayor dimensión.

Antes de reanudar la competición, el príncipe Felipe y todos los tripulantes del velero posaron en la cubierta del barco para la foto oficial. Mientras, Letizia regresaba al palacio de Marivent para pasar el resto de la mañana con las pequeñas Leonor y Sofía.