Los relatos de las supuestas infidelidades entre Carla Bruni y Nicolas Sarkozy se han esfumado de los medios franceses. Pero el motivo de este olvido no se debe a una simple clemencia, sino a que un nuevo escándalo sexual ha tomado el relevo noticioso en el país vecino. Franck Ribéry y Karim Benzema, estrellas de la selección francesa de fútbol e integrantes del Bayern de Múnich y del Real Madrid, respectivamente, han sido interrogados por haber contratado en el 2008 y el 2009 los servicios de Zahia Dehar, una prostituta de lujo entonces menor de edad.

Ribéry, que ha reconocido los hechos, hasta invitó a la joven francesa de origen marroquí a Alemania la pasada primavera. Si se demuestra que ambos conocían su verdadera edad, algo que desmienten rotundamente, se enfrentan a una multa de 45.000 euros y a tres años de cárcel. Sydney Govou, del Olympique de Lyon, también habría mantenido relaciones con Dehar, pero cuando ella ya había cumplido los 18 años.

Desde que saltó a la luz esta noticia, los medios franceses se han dedicado a investigar quién es la joven que hace temblar los pilares de la selección francesa y averiguarlo no ha sido difícil. Dehar participó recientemente en 12 Coeurs, un reality para buscar pareja, en el que interpretó un provocativo baile en bikini. Este vídeo, colgado hace dos días en YouTube, ya ha sido visto por más de 82.000 personas. Además, Dehar tiene un perfil en Facebook al que se han agregado unos 7.000 morbosos.

Rubia platino y siliconada, a medio camino entre Paris Hilton y Pamela Anderson, así es la mujer más famosa de Francia, cuya popularidad sube como la espuma. Sus fotos llenan las portadas, algunos programas parodian con un humor dudoso lo ocurrido y a Dehar le llueven ofertas para relatar sus noches tórridas con los deportistas. De momento, la joven, que cobraba 2.000 euros por servicio, no parece haber cedido a esta tentación y se ha contentado con defender a sus clientes, al pedir: "Déjenlos en paz, ellos se ocupaban de mí. Eran mis hombres".

No es la primera vez que los líos de faldas sacuden el mundo del fútbol. Los jugadores del Chelsea Ashley Cole, que llegó a apañárselas con cinco amantes, y John Terry, que hace unos meses compartió cama con Vanessa Perroncel, pareja de su excompañero de equipo Wayne Bridgey, y el entonces merengue David Beckham, que mantuvo una relación con su asistente Rebeca Loos, han visto cómo sus infidelidades salían a la luz. En aquellos momentos, sus respectivas mujeres, Cheryl, Toni y Victoria, les apoyaron incondicionalmente. Tal y como lo hace Wahiba, esposa de Ribéry, que presenció estoicamente el último partido de su marido contra el Olympique.