Las Ketchup, Coyote Dax, Sonia & Selena, Ozone, Raúl, Georgie Dann, Los del Río, El Koala.... De ninguno sabemos lo que han hecho este último verano. Y de la mayoría ni siquiera el anterior. Pocos géneros son tan desagradecidos con sus intérpretes como la canción del verano. Mientras que para los autores más afortunados haber dado en la diana puede llegar a suponer una pequeña renta vitalicia (pues las canciones siguen sonando en radios, televisiones y fiestas mayores), aquellos que las hicieron populares terminan a menudo relegados al circuito de las orquestas de pachanga.

De todos modos, y como confesaba recientemente el grupo Pastora: "Más vale haber tenido un solo éxito que no tener ninguno". Este trío barcelonés se agenció el pasado 2004 con Lola un imprevisible himno estival. Hoy, gracias --o a pesar-- de ella, permanecen instalados en la casi inexistente clase media del pop español. Todavía más éxito tuvo ese mismo año el grupo moldavo O-Zone. Y todavía más atípico: ¡con una canción en rumano! No repitieron carambola porque su líder les abandonó para adoptar otro nombre con mucha química, Arsenium. El idioma no fue problema para que cuajara. Ni tampoco para rememorarla, ya que la versión que más se canta es una parodia de Los Morancos que decía "Marica tú! Marica yo! Fiesta, fiesta. Pluma, pluma gay....".

Y eso que, a diferencia de tantas escenas encuadradas en la llamada música ligera, lo gay tampoco predomina demasiado en la canción del verano. Más bien al contrario. Y si no que se lo pregunten a Sonia & Selena. Pusieron toda la carne en el asador y arrasaron en medio mundo occidental en el 2001 con Yo quiero bailar, para, a los pocos meses, acabar tan mal entre ellas como otros dúos femeninos de aquella época (Ella Baila Sola). Selena Leo probó fortuna en solitario y, precisamente este año, también lo ha intentado la desaparecida Sonia Madoc.

Pero este verano parece que no estamos para cancioncitas. También decían algo parecido el 2003. Aquel año se daba por hecho que la ONCE (la de las tapitas y los chopitos) iba a ganar la partida. Algo similar a lo que este año ha pasado con el Chiki-Chiki , sin embargo, una canción diferente a todo lo que habíamos oído en España sirvió de pistoletazo de salida: el Papi Chulo , de la panameña Lorna.

CAMBIO DE RITMO El reguetón se expandió también en nuestro país como una mancha de aceite. ¡Con decir que el último gran éxito de Alejandro Sanz que recordamos no fue un tema propio sino su dúo con Shakira en La tortura ! Y luego ella levantó su siguiente disco en inglés con otra pieza reguetonera, Hips don´t lie . Lo que es difícil que se repita es un año como el 2002, en el que además del Aserejé y la bomba de racimo OT , estuvo el Torero de Chayanne, el A Dios le pido de Juanes y el fenómeno paranormal Coyote Dax. Aquel mexicano convirtió su sombrero country de moda line dance e hizo bailar a todos en la pista.