Hacía mucho tiempo que Raphael no presentaba un nuevo disco tan a lo grande. Solo faltaban redobles de tambores; aunque sí hubo la interpretación del clásico Tamborilero. Y eso que no estaba previsto, pero cuando, después de más de dos horas y media a todo pulmón se agotaron los bises ensayados, la cantó a capella como anticipo navideño. Lo del pasado martes en el teatro Lope de Vega de Madrid fue también una especie de adelanto, el pistoletazo de salida de una gira que culminará en el 2010 como celebración de sus bodas de oro sobre los escenarios. Disco y espectáculo tienen el mismo e inequívoco título: 50 años después. Y así también se llama una pieza escrita expresamente por Joaquín Sabina (con quien la canta a dúo) y que, como a última hora no pudo asistir, se dejó en el tintero.

ACTO SOCIAL Tan maratoniana noche incluyó algunas de las canciones que en dicho disco interpreta junto a Joan Manuel Serrat, Alejandro Sanz, Paul Anka, Adamo, Juanes, Alaska, Bunbury... Y dos de ellos incluso aparecieron el martes por sorpresa para cantar junto a él: David Bisbal (con quien recreó Escándalo) y Miguel Bosé (junto al que recuperó Morir de amor) . Los dos, por cierto, vestidos de negro. Como manda el canon raphaeliano . Con ostentosa alfombra roja a la entrada y la Gran Vía madrileña atestada de público y curiosos, el concierto adquirió rango de acto social. Tan abarrotado estaba el teatro que algún que otro guardaespaldas tuvo que permanecer de pie en los pasillos laterales.

Entre infinidad de rostros conocidos estaba el consuegro del artista y presidente del Congreso, José Bono (así como el matrimonio formado por los hijos de ambos), Carmen Calvo, Víctor Manuel y Ana Belén, Lina Morgan, Enrique Múgica, Pedro Piqueras, María Teresa Campos, Carmen Sevilla, Santiago Segura, Alfredo Landa, Carmen Maura, Concha Velasco, Enrique Ponce y su mujer, Paloma Cuevas, Nieves Alvarez, el matrimonio Fernández Tapias, Luis Cobos, Pedro Ruiz, Willy Toledo, Juan Diego, Malena Alterio, Lola Herrera y el reparto de la serie Aída casi al completo. Aunque no solo acudieron famosos. Justo al lado del que escribe estas líneas, una anónima señora exclamaba: "Mi hijo me ha conseguido la entrada y es el mejor regalo que me podían hacer. ¡Ni un collar de brillantes me hubiese gustado tanto!". Exagerada o no, lo cierto es que Raphael estuvo esplendoroso. Cantó con voz torrencial decenas de sus éxitos, y cuando prescindía del micrófono se le escuchaba a la perfección en todo el recinto teatral.