La familia real ha decidido seguir con el calendario de actividades previstas como única forma de demostrar a los terroristas que no van a amedrentar a nadie. Las infantas Elena y Cristina y los Príncipes de Asturias siguen en el palacio de Marivent con sus respectivos hijos a la espera de los Reyes, que llegarán hoy a última hora de la tarde tras finalizar el viaje oficial de tres días a la isla de Madeira.

Pocas horas después de aterrizar en Palma, la reina Sofía y sus dos hijas viajarán a Grecia para asistir al bautizo del quinto hijo de Pablo de Grecia y de Marie Chantal Miller. Pablo es el segundo vástago de los reyes Constantino y Ana María y está muy unido a sus primos españoles, con los que compartió muchas vacaciones de verano.

Arístides, de un año, será bautizado por el rito de la iglesia ortodoxa, como lo fueron sus otros cuatro hermanos: María Olympia, de 13 años, Konstantinos Alexios, de 11, Akilleas Andreas, de 9 y Odysseas Kimon, de 5. Tras el bautizo, las infantas y la Reina regresarán a Palma, donde el lunes dará comienzo la regata de la Copa del Rey de Vela, en la que participan el rey Juan Carlos y el príncipe Felipe.

Ayer, el presidente del comité organizador de la regata, Javier Sanz, anunció la decisión de celebrar un minuto de silencio en las instalaciones del Real Club Náutico de Palma en memoria de los dos guardias civiles muertos en el atentado de Palmanova. La organización suspendió el viernes el acto de presentación a la prensa de la regata en señal de respeto a las víctimas.

Mientras, los nietos de los Reyes siguen con sus clases de vela y disfrutando de la playa. El mismo día del atentado, se pudo ver a Miguel, el tercer hijo de la infanta Cristina, y a su prima Victoria Federica, hija de Elena, con sendas mochilas sobre sus espaldas y una pequeña red de pesca con la que intentaban coger algo en el mar.