El presidente francés Nicolás Sarkozy y su esposa, Carla Bruni, han decidido huir del frío y disfrutar de unas relajadas vacaciones navideñas en el lujoso Hotel Txai Resort, en la playa de Itacaré, al noreste de Brasil.

A pesar de las medidas de seguridad, los paparazis pillaron a la pareja con ropa cómoda y paseando entre arena blanca y cocoteros. La prensa local ha confirmado que en los alrededores del hotel se ha instalado un fuerte dispositivo que cuenta incluso con una corbeta y lanchas rápidas de la Marina brasileña que garantizan la seguridad desde el mar. O Globo afirma incluso que se ha restringido la actividad de pescadores que faenan en la zona. Por primera vez, la primera dama francesa pasa estas fiestas con su padre biológico, el italiano Maurizio Remmert, que vive en Sao Paulo. La Nochebuena, la pareja compartió la cena con Remmert y con Aurelien, el hijo que la exmodelo tuvo fruto de su relación con el filósofo francés Raphael Enthoven. El día de Navidad, Sarkozy y Bruni contemplaron el nacimiento de decenas de tortugas. Las vacaciones de Sarkozy y Bruni son las más mediáticas, junto con las de Obama (en Hawái). Pero sus colegas también descansan. La alemana Angela Merkel hace esquí de fondo en los Alpes; el británico Gordon Brown se escapa a la casa familiar que tiene en el condado escocés de Fife; el italiano Silvio Berlusconi descansa en Arcore (Milán); Bush apura la presidencia de EEUU entre Camp David (Maryland) y Crawford (Texas); y Zapatero se va a Doñana.