Helg Sgarbi, más conocido como el gigoló suizo, pasará seis años en la cárcel. Así lo decidió la Audiencia de Múnich, que le ha juzgado por estafa y chantaje en cuatro casos. El proceso comenzó y finalizó ayer, después de que Sgarbi confesara y pidiera perdón a sus víctimas. Los nueve años que pedía la fiscalía se redujeron a seis por la rápida confesión y por la petición expresa de Sgarbi de que no se diera a conocer el nombre de sus víctimas para no causarles daños morales.

Su víctima más célebre es Susanne Klatten, la máxima accionista de BMW. Aunque Klatten ya le había pagado siete millones, Sgarbi la amenazaba con publicar vídeos de sus encuentros sexuales, grabados en secreto.