Las dos son reinas, una de España y la otra de Jordania, pero tienen estilos y formas de vida completamente diferentes, incluso a la hora de planificar sus vacaciones estivales. Mientras a Sofía le encanta veranear rodeada de toda su familia en el palacio de Marivent, en Palma de Mallorca, Rania prefiere frecuentar lugares más glamurosos como Portofino, en Italia, o Saint-Tropez, en Francia.

La reina española disfruta ejerciendo su papel de abuela. Este verano ha tenido la oportunidad de estar casi todas las vacaciones con seis de sus nietos, los hijos de Elena y de Cristina, con los que viajó a su Grecia natal para asistir al bautizo de un nieto de su hermano Constantino. Con las hijas de los príncipes de Asturias, las infantas Leonor y Sofía, ha coincidido menos. Ayer mismo, llevó a Marineland a Miguel, Pablo e Irene, los hijos pequeños de los duques de Palma, que pasan sus últimos días en la capital balear antes de viajar a Washington, ciudad en la que van a vivir a partir de ahora.

Mientras, Rania se dejaba ver en el Club 55 de Saint-Tropez con toda su familia. Allí coincidió con la modelo británica Naomi Campbell. En la entrada del local un cartel recuerda: "Aquí el cliente no es el rey, a no ser que sea rey". Por el exclusivo establecimiento han pasado celebridades como el actor estadounidense George Clooney, el príncipe Alberto de Mónaco, el también actor Johnny Depp y Bono, vocalista del grupo irlandés U2.

Antes de instalarse en la Costa Azul francesa, la reina jordana, que ha colgado algunas de las fotos de sus vacaciones en su perfil de Twitter, visitó la isla italiana de Elba y Portofino.