Un anillo en el dedo de Kate Moss y otro en el de su novio, Jamie Hince, desató el viernes el frenesí informativo. ¿Se ha casado en secreto la supermodelo? "Sí", aseguraba el Daily Mirror . El periódico ofrecía en portada la exclusiva de la supuesta boda. Una fuente anónima, próxima a la pareja, les había confiado los detalles del enlace celebrado el 7 de agosto pasado en Italia.

La boda se había desarrollado en una pequeña iglesia siciliana a la que solo habían asistido los íntimos de Moss y su pareja, guitarrista de The Kills. Kate había elegido para la ocasión una vestido blanco casi transparente, iba descalza y apenas llevaba maquillaje, todo muy hippy , como si fuera Ibiza y no Sicilia. Su hija, Lila Grace, de 8 años, era una de las tres niñas que portaban las arras. Un marco idílico y muy romántico para la unión, del que el periódico no ofrecía ningún testimonio gráfico.

Pocas horas más tarde, una publicación rival desmentía desde su portal de internet la supuesta boda. Alguien que trabaja para Moss y no quiso identificarse negó al Daily Mail la celebración del matrimonio. "No se ha casado y cualquiera que diga lo contrario se equivoca".

Falsa exclusiva o desmentido de pacotilla, el embrollo muestra que la supermodelo sigue despertando el morbo de media Gran Bretaña. Moss no concede entrevistas, ni explota su vida privada ni enseña la casa en Hello! Eso no impide que la prensa la persiga como la presa valiosa que es. Libre, siempre dispuesta a disfrutar de la vida como le viene en gana, si los escándalos han hundido la carrera de más de una celebridad, en su caso han contribuido a aumentar el caché y la cuenta bancaria.

INGRESOS DUPLICADOS Su agente, Sarah Doukas, confirmaba este mismo mes que lejos de disminuir, los ingresos de Moss se han duplicado después de ser fotografiaba esnifando cocaína en el 2005. Eran los tiempos que compartía su vida con el cantante Pete Doherty, irremediablemente enganchado a la heroína. Desde entonces, los dos millones de libras anuales que ganaba se han transformado en cuatro.