Puede que la revolución sexual de mayo del 68 llevara a las mujeres a deshacerse de sus vestidos elegantes y ultrafemeninos pero poco prácticos. Ahora, una nueva generación de fashionistas parece estar dispuesta a resucitar la sofisticación y la marcada silueta de los años 60. Ya se sabe, moda no rima con comodidad.

La vuelta a ese look, que rinde tributo a clásicos iconos de la moda como Jackie Kennedy y Grace Kelly, entre otras, surgió con la llegada a la pequeña pantalla de Mad Men. Esta serie, ambientada en el mundo de la publicidad en el Nueva York de los años 60 y cuya esperadísima cuarta temporada está a punto de estrenarse, ha logrado consolidar el vintage como tendencia. Y aunque pocas cambiarían su vida por la de Betty Draper, la infeliz esposa de Don interpretada por January Jones, muchas se apoderarían de su armario.

CINTURAS DE AVISPA Mad Men ha contagiado la moda actual. Solo hay que echar un vistazo a las alfombras rojas para comprobar que Janie Bryant, creadora del vestuario de la serie, ha hecho volver a la actualidad los vestidos con estampados florales y cintura de avispa que tan bien lleva Dita von Teese, las faldas con vuelos exagerados, los bolsos maletines y los cinturones y gafas de sol gigantes.

La "inspiración Mad Men ", tal y como ha bautizado a este fenómeno la edición francesa de la revista Vogue, invade desde las propuestas de diseñadores de alta costura hasta los catálogos de cadenas de moda más accesible. Bryant también ha aprovechado su fama y ha lanzado la colección Mod para la marca estadounidense QVC. Sus propuestas incluyen capelinas de piel sintética, abrigos reversibles y bolsos de clara inspiración vintage.

Y para que los seguidores masculinos de la teleserie no se sientan marginados, la firma Brooks Brothers ha ideado unos trajes inspirados en los personajes de Don Draper (Jon Hamm) y Roger Sterling (John Slattery). En España, el modisto Javier Larraínzar ha creado una línea de corbatas inspirada en la serie.

Pero Mad Men no es la primera serie que ha marcado tendencia. Hace seis años, las fashionistas lloraron el final de Sexo en Nueva York, y no solo por motivos nostálgicos. Temían perder los valiosos consejos de moda prodigados en esta ficción, convertida en una auténtica pasarela televisiva de tendencias. En poco más de media década en antena, la serie robó protagonismo a la revista Vogue y se convirtió en el mejor escaparate para las firmas de moda. Patricia Field ideó estilos propios para cada protagonista: Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker) alternaba prendas extravagantes, glamurosas e informales; Miranda Hobbes (Cynthia Nixon) lucía trajes elegantes y clásicos; Samantha Jones (Kim Catrall), ropa sexy; y Charlotte York (Kristin Davis) era inconfundible con sus pudorosos modelitos de Max Azria.

Aunque la aportación a la moda más exitosa de la serie fueron los zapatos de tacones vertiginosos. Su máximo beneficiario fue Manolo Blahnik. Las ventas de sus creaciones, los populares manolos, subieron en paralelo a la audiencia de la serie.

La digna heredera de aquellas cuatro fantásticas de la moda es hoy Gossip Girl. La serie está imponiendo su sello en la moda. Un exalumno de Patricia Field, Eric Daman, es quien idea su vestuario. Las prendas son una oda al lujo de firmas como Balenciaga, Prada, Miu Miu y Chanel, y entre sus complementos no faltan los cotizados zapatos Louboutin y los bolsos Hermès. Pero si algo ha vuelto a poner de moda la serie son las diademas y los tocados. Las actrices de Gossip Girl, Leighton Meester, Blake Lively y Taylor Momsen, "se han convertido en musas, que descubren la moda antes que nadie", afirma Daman. La actriz que interpreta a Meester (Waldorf) ya invade las revistas y desfiles de moda.