Será el próximo 5 de abril cuando empiece en Los Angeles el juicio contra Conrad Murray por la muerte de Michael Jackson hace nueve meses. Será entonces cuando el médico del rey del pop, que sigue en libertad bajo fianza, tendrá que defenderse de las acusaciones de homicidio involuntario. Y a las pruebas que ya existían en su contra se suma la declaración de un testigo que pone en evidencia la actuación del doctor en las horas previas a la muerte del artista.

Se trata de Alberto Alvarez, un empleado que trabajaba para Jackson, quien declaró a los investigadores del caso que fue una de las personas que entró en la habitación donde yacía inconsciente el cantante, a quien asegura que encontró tumbado en el suelo junto a Murray practicándole la reanimación cardiopulmonar, con una vía intravenosa pinchada en la pierna y con la boca y los ojos abiertos.

El testigo habló el verano pasado con la policía sobre lo ocurrido aquel 25 de junio, pero su testimonio acaba de ser revelado por la prensa de EEUU. Siempre según su versión, cuando el médico le vio entrar interrumpió el boca a boca y le pidió que recogiera todos los fármacos antes de llamar a los servicios de emergencia. "Fui metiendo uno a uno los frascos en bolsas de plástico y no llamamos al 911 hasta que desaparecieron todos de la habitación".

Así consta en un informe oficial obtenido por la agencia AP en el que se menciona que dos de los hijos del artista, Paris y Prince Jackson, también entraron en la habitación donde estaba su padre y que lloraron antes de que una niñera se hiciera cargo de ellos y se los llevara.

Desde que su nombre apareció por primera vez en los días posteriores a la muerte de Jackson, Conrad Murray ha defendido siempre su inocencia. En opinión de los abogados del médico, la aparición de este testimonio es una "maniobra ridícula" de la oficina del fiscal que, según Miranda Sevcik, habría filtrado la información a los medios porque no tienen pruebas suficientes para condenar a su cliente, extremo desmentido ayer por las autoridades.

La defensa asegura que el doctor Murray comunicó voluntariamente a los investigadores el lugar donde estaba el propofol e incluso reveló que le había suministrado el medicamento para que este pudiera dormir. Es más, según apunto Sevcik al periódico Daily News , el médico reconoció en su momento que pasó entre 20 minutos y media hora hasta que llamaron por teléfono a los servicios de emergencia porque "desconocía la dirección" del domicilio del cantante.