No solo la reputación de Tiger Woods ha terminado por los suelos por culpa de sus líos de faldas, por no mencionar su matrimonio con la sueca Elin Nordegren. Según un estudio publicado por la Universidad de California, algunas de las empresas ligadas a la imagen del deportista han perdido más de 8.300 millones de euros de su valor en bolsa desde que empezaron a saltar a las páginas de las revistas las primeras amantes del mejor golfista del momento.

Tres patrocinadores han sido los más afectados por el escándalo del año: la empresa de bebidas Gatorade, la firma de ropa deportiva Nike y el fabricante de videojuegos Electronic Arts, cuyos accionistas han visto como el valor de sus empresas en Wall Street se diluía un 4,3%. Un agujero de 4.200 millones de euros.

Todo en tres semanas, el tiempo que pasó entre el polémico accidente doméstico entre Woods y su esposa, que abrió la caja de Pandora el pasado 27 de noviembre, y los días posteriores a su renuncia indefinida al golf para intentar recuperar a su familia. Entre medias fueron pasando día tras día las compañeras de alcoba del golfista (ya son una docena) por las portadas de los periódicos.

RIESGO EVIDENTE Patrocinar a celebrities como Woods puede reportar grandes beneficios a las empresas, pero los riesgos también son evidentes, sostiene el profesor Victor Stanfo, coautor del estudio, que añade que las pérdidas a largo plazo pueden ser aún mayores. La única que de momento se ha salvado es la consultora Accenture.

Antes de verse salpicado por el escándalo, Woods ganaba 100 millones de dólares al año gracias a sus patrocinios. Una gallina de los huevos de oro que empezó a cambiar el día en que una relaciones públicas neoyorquina llamada Rachel Uchitel apareció en escena. Desde entonces, Nike sigue siendo fiel al golfista, pero Gatorade (PepsiCo), Gillette (Procter & Gamble) y AT&T han preferido distanciarse.