El debut de Tony Blair como conferenciante en China ha dejado a la audiencia con los bolsillos vacíos y la mente en blanco. El antiguo jefe del Gobierno británico ha sido acusado de avidez desmedida, después de cobrar 340.000 euros por una charla en la localidad de Dongguan, como parte de una visita patrocinada por una inmobiliaria. "Fue como oír a un funcionario local", comentó el periódico The China Youth Daily. Según publicó el diario The Guangzhou Daily, "como muchos estadistas, Blair no ha perdido el tiempo para hacer discursos comerciales después de dejar el cargo".