Si es una broma (y no sería la primera) es una de muy mal gusto. Si va en serio roza lo incomprensible. Dos representantes de Bill Cosby anunciaron el miércoles que el veterano cómico de 79 años al que cerca de 60 mujeres han acusado de acoso y agresión sexual y que acaba de ser juzgado por uno de esos casos planea dar este verano seminarios sobre cómo prevenir acusaciones de abuso. Y la noticia se ha recibido con incredulidad, indignación y hasta repugnancia, con un editorial de The Washington Post llegando a incluir la palabra “asqueroso”.

Portada de la revista 'New York Magazine', de julio del 2015, en la que 35 mujeres hablaban de las agresiones de Bill Cosby.

En concreto, y según detallaron en una televisión local de Alabama Andrew Wyatt y Ebonee Benson, Cosby va a invitar a jóvenes a hablar del tema del abuso en una especie demítines gratuitos, cuyas fechas y escenarios concretos aún no se han anunciado.

El razonamiento para justificarlos (curioso si se es generoso, indignante si se es víctima o se tiene solidaridad con ellas) es doble. Por un lado, según dijo Wyatt, “el tema (de la denuncia por acoso sexual) puede afectar a cualquier joven, especialmente a los jóvenes atletas de hoy, y necesitan saber lo que enfrentan cuando salen y van de fiesta y hacen ciertas cosas que no deberían estar haciendo” (Wyatt aseguró también riendo que el tema también “puede afectar a hombres casados”). El segundo argumento, según lo explicó Benson, es que “los estatutos de limitaciones para víctimas de agresión sexual se están extendiendo y por eso la gente tiene que educarse... En este punto cualquier cosa, un roce contra el hombro, puede considerarse agresión sexual”, dijo.

Cosby, conviene recordar, ha sido acusado de mucho más que de rozar hombros. Y hace 12 años el mismo admitió haber dado drogas a mujeres para mantener sexo con ellas. “Voy al área que está entre el permiso y el rechazo y no se me detiene”, dijo entonces cuando realizó una deposición en un caso civil presentado por una de las acusadoras, Andrea Constand, que le acusa de haberle drogado y violado en 2004.

Es el caso de Constand, precisamente, el único que ha logrado sentar en el banquillo en un proceso penal a Cosby, que niega todas las acusaciones. Y aunque hace justo una semana ese juicio se declaró nulo, ese resultado solo reflejó la incapacidad de los 12 miembros del jurado para llegar a un consenso tras 52 horas de deliberaciones , pero no probó la inocencia de Cosby. El cómico estáen libertad bajo fianza, sigue enfrentando tres cargos de agresión indecente agravada que pueden conllevar hasta 15 años de cárcel y la fiscalía ya ha anunciado que piensa someterle a un segundo proceso.

“TRUCO DE RELACIONES PÚBLICAS”

Numerosos grupos que trabajan contra la violencia sexual y a favor de las víctimas han expresado su indignación ante el tour deCosby. “Sería más útil si el señor Cosby pasara su tiempo hablando con la gente sobre cómo no cometer agresiones sexuales en primer lugar”, le ha dicho a The New York Times una portavoz de RAINN. Y en CNN Angela Rose, que dirige un grupo de supervivientes de agresión sexual, ha denunciado la idea como “un truco de relaciones públicas que no es más que una desvergonzada gira para culpar a las víctimas”.

Aunque Wyatt ha insistido en declaraciones a CNN en que “es fácil ser falsamente acusado de agresión sexual” y ha dicho que “si le pudo pasar a Bill Cosby le puede pasar a cualquiera y por eso la gente tiene que ser consciente de las definiciones y las percepciones”, los datos le llevan la contraria. Según un análisis de varios estudios realizado por el Centro Nacional de Información sobre Violencia Sexual de EEUU como mucho entre el 2 y el 10% de las acusaciones de agresión sexual son falsas. “No es verdad que las acusaciones falsas estén descontroladas y que haya que protegerse de ellas”, ha dicho Kristen Houser, portavoz del grupo.