Que te inviten a formar parte de una secta de Pakistán. O que un califa de Qatar te agasaje en plan marajá a cambio de unas ilustraciones. Es lo más extravagante que le han propuesto al dibujante Joan Vizcarra (Montblanc, Tarragona, 1967) desde que hace dos años decidió abrir una sucursal en internet: "Al principio era agnóstico, pero hay que apostar por las nuevas tecnologías y aplicarlas a los trabajos más artesanos, como el mío --explica--. La web es un escaparate mundial". La crisis agudiza el ingenio y Vizcarra, no contento con compaginar el papel (trabaja en El Jueves desde 1991) y el universo digital, se ha lanzado ahora al merchandising .

Diecisiete años publicando a un ritmo de dos o tres caricaturas semanales (durante un tiempo también en las páginas de deportes de los periódicos del Grupo Zeta) suman aproximadamente unos 2.000 dibujos. El autor ha hecho una selección de sus ilustraciones de El Jueves en dos volúmenes (Rock stars y otros animales y Hollywood y otros animales ) y ha lanzado varios juegos de posavasos y calendarios.

PRODUCTO COMERCIAL "El concepto no varía, sigue siendo caricatura pura y dura, pero varía el formato --dice Vizcarra--. Yo toco personajes de todo tipo y de todas las épocas, que son de consumo masivo. Es un producto comercial, sin menospreciar la palabra, y la intención es que llegue a la mayor cantidad de gente posible". La semana pasada, el dibujante daba los últimos toques a la caricatura de Barack Obama. "Tiene un gesto duro, pero por la cara parece un buen tipo", reflexiona. Los caricaturistas son psicoanalistas al minuto, captan detalles de la personalidad del personaje que pasarían desapercibidos para los demás, los sitúan en el contexto histórico y los enfocan a su manera.

En la mayoría de los casos, la sagacidad de Vizcarra ha sido correspondida con una sonrisa cómplice del personaje en cuestión, pero no siempre es así: "El éxito de la caricatura radica en que, de vez en cuando, molestes a alguien". Es lo que ocurrió con su Ariel Sharon (expresidente israelí) con nariz de cerdo nazi: Israel blandió su dibujo para denunciar el antisemitismo europeo. Vizcarra no entra en detalles, pero opina que "la caricatura femenina es, teóricamente, de alto riesgo". Pero la corrosiva portada de Hollywood y otros animales , en la que aparece una Penélope Cruz peluda e inflada, demuestra que las reacciones negativas no han alterado su pulso: "Al contrario, me ratifico. La caricatura tiene que aportar un punto de la mala leche y crítica". En el otro extremo, el empresario José María Ruiz Mateos le escribió para agradecerle su caricatura. Incluso la Casa del Rey se puso en contacto con él, hace unos diez años, para que mandara a la Zarzuela el original de Juanca as the hortera king (Juanca como el rey hortera ), donde el monarca aparecía en Palma con bermudas y un flotador. Desde la portada de El Jueves con el príncipe Felipe y Letizia en la cama, no han vuelto a pedirle nada.

CANTERA INAGOTABLE "La cantera de frikis es inagotable y el volumen de los personajes que se merecen una caricatura mía es enorme", asegura este hombre con una agenda de contactos digna del Who is who . Ahora, además, el maestro ofrece retratos a la carta en www.vizcarra.info. Un auténtico lujo al alcance de cualquiera.