Zara Phillips, hija de la princesa Ana y nieta de Isabel II será el próximo otoño la nueva estrella de la BBC. La amazona, de 27 años, va a cambiar las botas de montar a caballo por los zapatos de tacón, para competir en la nueva edición del concurso Strictly Come Dancing (una versión inglesa de ¡Mira quién baila! ). El show tiene un enorme tirón en el Reino Unido y ha llegado a alcanzar los 10 millones de espectadores.

El fichaje habrá entusiasmado a la cadena pública, que prefiere guardar silencio, pero algunos miembros de la familia real y los sectores monárquicos más tradicionalistas parecen consternados. "La reina puede tener algo que decir sobre Zara apareciendo en directo en un show de televisión cada sábado. En muchos círculos reales se va a considerar inapropiado", avanzaba el Sunday Mirror al desvelar la noticia.

EXPERIENCIA PUBLICITARIA La futura concursante, que no tiene títulos de grandeza, ni cobra del erario público, ya causó cierto revuelo cuando apareció fotografiada hace dos años en la casa de Winston Churchill posando para un anuncio de Land Rover. Entonces se supo que había rechazado otras sustanciosas ofertas de firmas de cosméticos. Ahora, cuando su vida como profesional en la hípica parece acabada, Zara podría buscar una salida en el mundo del espectáculo y la publicidad.

Su sueño de participar en los Juegos Olímpicos de Pekín, como parte del equipo del Reino Unido, se esfumó el mes pasado, cuando su caballo Toytown sufrió una grave herida en una pata, similar a la que le impidió participar en el 2004 en los Juegos de Atenas. Los establos y no las discotecas de Londres es donde ella prefiere estar. Independiente, poco o nada preocupada por las críticas que suscita su personal manera de vestir, se ganó cierta fama de rebelde por llevar un piercing en la lengua. Zara mantiene una estrecha amistad con su primo Guillermo. Como a él, le gustan los pubs rurales, las pintas de cerveza y las partidas de caza.