Un brutal atentado suicida, achacado a la guerrilla tamil, ha causado la muerte de 98 militares ceilandeses y heridas a 150 más en el norte de Sri Lanka cuando un camión cargado de explosivos se ha empotrado contra un convoy de la Armada. Según fuentes militares de Sri Lanka, la masacre lleva con toda probabilidad el sello de la guerrilla separatista de los Tigres para la Liberación de la Patria Tamil (LTTE), pionera en el uso de los atentados suicidas. Encrucijada El camión lleno de explosivos se ha lanzado contra un autobús militar en un punto de encuentro habitual de convoyes del Ejército, por lo que la explosión ha dañado otros 13 autobuses aparcados en el lugar, en Dugampatana (noreste del país). El atentado se ha producido el día en que el Tribunal Supremo ceilandés ha decidido, en un polémico veredicto, dividir en dos el área administrativa del norte y el este de Sri Lanka bajo control del LTTE. Los tamiles defendían su unión, mientras los musulmanes y los cingaleses, minorías en dicho territorio, preferían su separación. Las ahora dos regiones habían estado unidas desde 1987, tras un acuerdo de paz que las fusionó reconociendo que "habían sido áreas de poblamiento histórico de mayoría tamil, que desde siempre quisieron vivir en este territorio unido". Mediación japonesa Mientras, el mediador de paz japonés, Yasushi Akashi, ha mantenido una entrevista en Colombo con el ministro designado para esas negociaciones, Siripala da Silva, con el fin de avanzar en el proceso de paz, poco antes de que se produjera la explosión. Según fuentes gubernamentales, Akashi ha incidido en la necesidad de respetar el alto el fuego por parte de ambos bandos, lo que en su opinión supondría un avance hacia la paz. Está programado que el Gobierno y los tamiles retomen el diálogo el próximo día 28 en Ginebra (Suiza) y, para establecer un contexto favorable con vistas a estas conversaciones, el mediador de paz enviado por Noruega, Jon Hanssen Bauer, viajará al país mañana. A pesar de la mesa de diálogo de finales de este mes, en las últimas semanas el país vive un recrudecimiento de la violencia, que podría responder a un intento de ambas partes de acudir a las conversaciones de paz de Suiza en una posición de fuerza negociadora.