En la medianoche de ayer entraron en Gaza soldados del Ejército israelí con unos 40 tanques y helicópteros. Pero no fue una reocupación: tras seis horas los militares se fueron, dejando 11 muertos y una veintena de heridos.

"Israel persigue a Hamas hasta el corazón de Gaza", dijo ayer el coronel israelí Imad Faras para explicar una operación que se enmarca dentro de la ofensiva del Ministerio de Defensa, dirigido por Shaul Mofaz, contra el grupo islamista. Según fuentes militares, el objetivo de la operación fue destruir talleres donde se elaboraban armas y dinamitar casas de activistas.

Ayer, Gaza enterró a sus muertos con rabia --"exigimos a la ANP que detenga el diálogo con los israelís", declaró el portavoz de Hamas Abdel Aziz Rantisi--, pero también con miedo a una reocupación. "Nos acabarán invadiendo. Y habrá muchas muertes, ya que en Gaza vive mucha gente. Aquí se puede correr, pero no huir", dijo Samer en el cementerio de Ghek Radwan, donde despidió a su amigo Abdul Rahman Kasam.

La tensión en la Franja de Gaza aumenta a medida que la guerra contra Irak parece acercarse, cumpliendo el temor de que si hay conflicto Israel invadirá la Franja.