Un total de 270 personas fueron detenidas y 367 coches quemados, en los disturbios que se registraron en diversos puntos de Francia durante la noche electoral. Según las cifras del balance cerrado a las 6.00 locales (4.00 GMT) por la Dirección General de la Policía Nacional (DGPN), de ese total de coches incendiados, 172 fueron destruidos en la región de Ile-de-France, de ellos menos de una decena en París.

La DGPN comentó que esas cifras fueron sólo algo superiores a las de destrucción de vehículos en la Fiesta Nacional del 14 de julio de 2006, y estuvieron por debajo de las que se vienen registrando en los últimos años en Nochevieja. Durante los disturbios que estallaron en Francia en el otoño de 2005, algunas noches más de 1.000 coches fueron pasto de las llamas.

Los agentes de las fuerzas del orden arrestaron anoche a 46 personas en París, a 88 en el resto de Francia y a 136 en otras ciudades del país, en las que hubo altercados relacionados con actos de protesta que se produjeron una vez que se anunció la victoria en las elecciones presidenciales del conservador Nicolas Sarkozy.

En la capital francesa hubo enfrentamientos entre manifestantes y agentes antidisturbios, en particular en la zona de la plaza de la Bastilla, lugar tradicional de celebraciones de la izquierda, donde grupos de jóvenes lanzaron adoquines y otros objetos contra los policías, que realizaron varias cargas con gases lacrimógenos y mangueras de agua a presión. Hechos similares se reprodujeron en otras grandes ciudades como Lyon, Marsella, Toulouse, Burdeos, Lille, Nantes o Rennes.

El director de campaña de Sarkozy, Claude Guéant, subrayó que las acciones violentas registradas en la noche electoral habían sido "mucho menos numerosas de lo que algunos esperaban o temían" e insistió en que sus autores fueron "gamberros" y no "habitantes de barrios periféricos como se tiene tendencia a decir". Guéant criticó a la candidata socialista a las Presidenciales, Ségolène Royal, quien había advertido del riesgo de altercados en caso de victoria de Sarkozy, y señaló que esas declaraciones de la perdedora de la segunda vuelta de los comicios habían podido aparecer como "una forma de incitación" a la violencia.