Varios centenares de rebeldes disfrazados de militares rusos y prorrusos atacaron la noche del lunes al martes numerosos acuartelamientos de las fuerzas de seguridad en Ingushetia, vecina de Chechenia, y causaron la muerte de al menos 57 personas, entre ellas el ministro del interior interino, Abukar Kostoyev, y otros altos cargos del Gobierno local. Desde hace varios años no se registraba en esa república caucásica una operación de esta envergadura que amenaza con extender la revuelta por todo el Cáucaso.

Vestidos con ropas de camuflaje ruso y armados con fusiles, entre 300 y 500 rebeldes, según la agencia Itar- Tass, entraron en territorio de Ingushetia por una carretera procedente de Chechenia y asestaron varios golpes en distintas localidades. Hubo 60 heridos, 13 de ellos graves.