El primer ministro israelí, Binyamin Netanyahu, puede darse por satisfecho. No solo ha logrado reanudar la construcción en las colonias judías de Cisjordania a pesar de la oposición de sus aliados occidentales, sino que además lo ha conseguido sin que descarrilen las conversaciones de paz. Prácticamente la cuadratura del círculo.

El presidente palestino, Mahmud Abbás, anunció ayer que decidirá si suspende las negociaciones la próxima la semana, a pesar de que Israel dio el domingo por finalizados los 10 meses de moratoria en la construcción de viviendas en las colonias.

En una conferencia de prensa en París junto al presidente fran- cés, Nicolas Sarkozy, Abbás afirmó que la congelación de las obras en los asentamientos "debe prolongarse tres o cuatro meses más" para "poder profundizar en todos los asuntos sobre la mesa de las negociaciones".

Pero, de momento, no cumplirá con la promesa de romper el diálogo una vez Israel diera por concluida la moratoria. "No vamos a tomar decisiones precipitadas", dijo el dirigente palestino que, una vez más ha tenido que ceder a la presión foránea.

CONSULTA A LA LIGA ARABE Abbás añadió que consultará antes su decisión con el máximo órgano ejecutivo de la OLP y con la Liga Arabe, que el próximo lunes se reunirá en El Cairo.

Estados Unidos, la ONU, Francia y Gran Bretaña mostraron su decepción por la decisión israelí de reanudar las obras. El Estado judío vuelve a inclinarse por apuntalar la ocupación cuando teóricamente negocia su desmantelamiento.

En numerosas colonias de Cisjordania reaparecieron ayer las excavadoras y las cementeras. Tanto en las colonias perdidas en el interior del territorio palestino, como en las populosas ciudades oficiosamente anexionadas por Israel con el trazado del muro, que roba a los palestinos del 12% de Cisjordania.

El ministro de la Vivienda, Ariel Atias, dijo que de momento la reanudación de las obras es "simbólica" ya que es Defensa quien tiene la potestad de aprobar nuevos proyectos.