El primer ministro de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, alias Abu Mazen, cumplió ayer su amenaza y presentó su renuncia al presidente palestino, Yasir Arafat. Abu Mazen abrió la caja de los truenos, de los rumores, de las conjeturas y de las conspiraciones, pero también cerró la tapa del ataúd de la Hoja de ruta: sin él, el plan de paz impulsado personalmente por el presidente de EEUU, George Bush, pasará sin pena ni gloria al baúl de las iniciativas diplomáticas inútiles.

De la caótica jornada de ayer sólo se tiene una certeza: que Abu Mazen presentó por escrito a Arafat su dimisión. A partir de aquí, se desató la confusión y no hay confirmación oficial de que el rais haya aceptado la renuncia, aunque en Ramala se daba por hecho que así ha sido y que Abu Mazen encabezará un Gobierno provisional de dos semanas, plazo en el que Arafat deberá decidir quién sustituye a Abbas. Suenan el presidente del Consejo Legislativo, Abu Ala, el ministro de Finanzas, Salam Fayed, y el millonario empresario Munib al Masri.

PRESIONES

No está cerrada la puerta a un regreso de Abu Mazen, aunque parece muy improbable. Arafat estaba los últimos días sometido a fuertes presiones por parte de Israel, EEUU y la UE para que cediera el poder en la última lucha política con Abu Mazen: el control de los servicios de seguridad. Israel ya anunció ayer que no permitirá que Arafat retome las riendas de la ANP, y sin Abu Mazen la deportación del rais se convierte en una posibilidad muy real.

Por eso, hay quien opina que todo lo sucedido es un gran farol de Abu Mazen para que Arafat, Israel y la comunidad internacional le pidan que regrese con una posición más fuerte. En el discurso a puerta cerrada ante el Consejo Legislativo de la ANP en el que justificó su renuncia, Abu Mazen culpó de su salida a Arafat, Israel, EEUU y las televisiones árabes.

La Casa Blanca no reaccionó ayer, aturdida por un golpe que quema la carta con la que Bush trató de hacer más digerible la invasión de Irak. A falta de comunicado oficial, fue el secretario de Seguridad Interna, Tom Ridge, quien admitió que la renuncia "es un retraso" para la paz. Más explícitos, los ministros de Exteriores de la UE se mostraron "muy preocupados".

Por otra parte, el Ejército de Ariel Sharon intentó ayer dar caza al tetrapléjico líder espiritual de Hamas, el jeque Ahmed Yasín, con el lanzamiento desde un F-16 de una bomba de 250 kilos contra un edificio de Gaza en el que estaban reunidos varios líderes del movimiento. El jeque escapó por segundos a una muerte segura, ya que salía por la puerta cuando estalló la tercera planta del edificio.