El gran favorito para ganar las elecciones a la presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) del domingo, Abú Mazen, declaró ayer, en el cierre de su campaña, que pedirá al actual primer ministro, Ahmed Qurei, que siga en su cargo si, como indican todos los sondeos, se impone en las elecciones. Así, Abú Mazen quiere zanjar las informaciones de los últimos días que hablaban de un enfrentamiento entre los dos veteranos políticos.

Abú Mazen efectuó el anuncio en una rueda de prensa convocada en Ramala en la que repasó las prioridades de su gestión: el fin de la ocupación israelí, la creación de un Estado palestino, una solución justa para el problema de los refugiados y la liberación de prisioneros. Poco antes, en un último mitin en la pequeña aldea de Bir Nabala --en las afueras de Jerusalén--, prometió que llegará un día en el que los palestinos establezcan su capital en la ciudad santa. Con esta promesa, Abú Mazen trataba de acallar las críticas por no haber llevado su campaña electoral a la ciudad. El candidato de Al Fatá, además, se comprometió a que cualquier acuerdo con Israel será sometido a un referendo.

SIN PERMISO Jerusalén fue también el principal tema del último día de campaña de Mustafá Barguti, el candidato independiente que trata de aglutinar el voto de protesta contra Abú Mazen. Barguti fue detenido durante unas horas por la policía israelí tras intentar entrar en la Explanada de las Mezquitas en la hora del rezo. El portavoz policial indicó que Barguti no tenía permiso para desarrollar su campaña electoral en el lugar santo. La violencia también hizo su aparición ayer. En Cisjordania, un colono israelí murió y tres más resultaron heridos cuando fueron tiroteados cerca de Naplusa. En un comunicado, las Brigadas de Mártires de Al Aqsa, el brazo armado de Al Fatá, asumieron la emboscada e indicaron que se trata de un aviso a "aquellos que exhortan al cese de la violencia", en clara referencia a Abú Mazen. Mientras, en Gaza, dos palestinos murieron por disparos del Ejército israelí.