El activista Javier Sopeña pidió ayer por la tarde ayuda a los observadores pacenses para salir de El Aaiún, donde lleva escondido desde el lunes tras el asalto al campamento protesta por temor a las represalias del ejército y la policía marroquís. El mismo confirmó a este diario que había tomado esta decisión porque su encierro involuntario impide que desarrolle la labor que le llevó a la capital del Sáhara Occidental y considera que en España puede ser más útil.

"Desde mi punto de vista, la utilidad que tenemos aquí ahora es nula, y no sabemos cuánto tiempo seguirá siendo así", explicó.

Otros compañeros activistas están valorando también la posibilidad de abandonar la zona ante la imposibilidad de desarrollar su trabajo. Sopeña ya lo ha solicitado, pero aún desconocía cómo y cuándo se podría producir la salida.

Tras su petición, desde Badajoz los observadores y la madre del cooperante, Marisa Sopeña, iniciaron las gestiones con la Casa de España en El Aaiún, el consulado español y la Delegación del Gobierno para preparar la vuelta a casa de este joven informático. Al cierre de esta edición, permanecían a la espera de respuesta del cónsul.

A la misma hora que Sopeña pedía salir de El Aaiún, cerca de un centenar de personas se concentraban ante la Delegación del Gobierno para exigir a la comunidad internacional y, especialmente al Gobierno español, que dejen "de mirar hacia otro lado" e intervengan ante "la masacre sin precedentes" que está sufriendo el pueblo saharaui por parte de Marruecos.

Colectivos sociales --Amigos del Pueblo Saharaui, Plataforma 0,7, observadores...-- y ciudadanos a título personal convocados por SMS denunciaron la pasividad con la que desde España, la Unión Europea y la ONU se asiste al sufrimiento de un pueblo. "Por las calles de El Aaiún corre mucha sangre y hay un mar de lágrimas", denunciaron.

A la concentración acudieron amigos de Javier Sopeña, que no ocultaban su preocupación por la situación del activista. El desde El Aaiún agredeció estos apoyos. No son los únicos que llegan desde Extremadura, el grupo municipal de IU en el ayuntamiento de Badajoz llevará al pleno del lunes una moción para pedir que la corporación condene el ataque al pueblo saharaui y solicite la llamada a consulta del embajador español en Rabat, así como la intervención de la diplomacia española para garantizar los derechos humanos, según su portavoz, Manuel Sosa, que también acudió a la concentración.

El pleno de la Asamblea de Extremadura también aprobó una declaración institucional rechazando la represión marroquí y reafirmando el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui. Hoy se han convocado nuevas concentraciones en Cáceres y Mérida.