La Unión Europea (UE) logró anoche in extremis un acuerdo para abrir las negociaciones de adhesión con Turquía, aunque obligó a retrasar la histórica ceremonia hasta alrededor de medianoche. Tras más de 24 horas de discusiones contrarreloj, los ministros de Asuntos Exteriores de los Veinticinco lograron consensuar un marco regulador del proceso de adhesión de Turquía, aceptable tanto para Viena como para Ankara. El ministro de Asuntos Exteriores británico, Jack Straw, destacó que "esta ampliación llevará a la UE un estado fuerte y secular de mayoría musulmana, como prueba de que podemos vivir y trabajar juntos", pero reconoció que ese proceso de negociación "será un camino muy largo" para Turquía.

El compromiso, alcanzado de forma traumática, ha evitado otra grave crisis política europea, pero ha evidenciado públicamente la extrema fragilidad interna de la UE y dejará heridas permanentes que acentuarán la desunión de los Veinticinco. Asimismo, la parálisis europea dio pie para que EEUU se inmiscuyera de nuevo en los asuntos internos de la UE con distintas llamadas telefónicas de la secretaria de Estado, Condoleezza Rice.

CAPACIDAD DE ABSORCION Austria, aislada, renunció finalmente a eliminar que "el objetivo compartido de la negociación es la adhesión" de Turquía a la UE y a que se mencionara como alternativa una asociación privilegiada. Viena se conformó con un endurecimiento de las referencias a la capacidad de absorción de la UE como criterio definitivo para aceptar al final el ingreso de Turquía. Además, Austria forzó incluir el principio de que la futura carga financiera de la adhesión de Turquía será "repartida de forma justa entre todos los estados miembros" de la UE.

Austria sólo dio su brazo a torcer cuando su protegida Croacia obtuvo el aval del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia y se abrió la vía para iniciar sus negociaciones de adhesión, bloqueadas desde hace más de seis meses por no cooperar con el Tribunal de la ONU.

Una vez Austria dejó de bloquear el inicio de la negociación, se planteó un nuevo problema, esta vez por parte turca: Ankara interpretó su obligación de alinearse progresivamente en las organizaciones internacionales con las políticas y posiciones de la UE como una maniobra para impedirle que pudiera vetar el acceso nunca solicitado de Chipre a la OTAN. La cuestión se resolvió con una declaración de la presidencia británica que resaltó que ese principio no afectará a la autonomía de decisión de las otras organizaciones internacionales ni de sus miembros.

CONDICIONES MUY DURAS El marco regulador de la adhesión turca es el más exigente y estricto adoptado nunca por la UE en sus procesos de ampliación. El documento enfatiza que la negociación es un "proceso abierto", cuyo "resultado final no puede garantizarse de antemano".

El texto establece una estricta supervisión de la aplicación de las reformas políticas turcas y prevé la suspensión de las negociaciones en caso de "violación grave y persistente" de los principios de libertad, democracia y respeto a los derechos humanos.

MARCO PRESUPUESTARIO La UE también se ha reservado el derecho a establecer "largos periodos transitorios, derogaciones, disposiciones específicas o cláusulas permanentes de salvaguardia" a Turquía, en especial en la libertad de movimiento de las personas, en las ayudas regionales y en los subsidios agrarios.

El marco establece que la negociación no podrá cerrarse hasta que se haya pactado el marco presupuestario a partir del 2014, con las reformas financieras para absorber a Turquía. El comisario de la Ampliación, Olli Rehn, dijo que Turquía "tendrá la oportunidad de demostrar que puede cumplir" los requisitos para formar parte de la UE.