Afganistán tendrá en un año su propio Ejército con ayuda de la comunidad internacional, según anunció ayer el presidente afgano, Hamid Karzai, en una conferencia destinada a la reconstrucción del país celebrada en Königswinter (Alemania). Según informó Karzai, la principal prioridad de Afganistán consiste en mantener la seguridad, y éste será el cometido que llevará a cabo el Ejército "pequeño, eficiente y bien pagado".

Financiado por Estados Unidos, el nuevo Ejército estará formado por un total de 70.000 voluntarios y dependerá del presidente, aunque estará dirigido por el ministro de Defensa. Paralelamente, las milicias serán desarmadas. El ministro de Exteriores alemán y anfitrión de la conferencia, Joschka Fischer, anunció que el próximo día 22 de diciembre tendrá lugar una cumbre sobre la estabilidad y la cooperación regional entre Afganistán y sus países vecinos, en la que se procederá a la firma de una declaración sobre la colaboración pacífica.

Inaugurado por el canciller, Gerhard Schröder, el encuentro celebrado ayer sirvió para hacer balance de todo cuanto se ha conseguido desde la primera conferencia del año pasado y dar un impulso a la reconstrucción del país. Las prioridades más urgentes de Kabul son, junto a la seguridad, la construcción de una Administración fuerte y estable que mantenga el orden y recaude impuestos, y acabar con el cultivo de opio.

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