Las autoridades estadounidenses anunciaron ayer que cualquier avión de línea extranjera que quiera penetrar en su espacio aéreo podría verse obligado a aceptar entre el pasaje la presencia de policías si así lo exigen en Washington. Estos agentes del aire se mezclarán con el pasaje y llevarán armas cortas.

La medida entró en vigor ayer para hacer frente a los temores de las autoridades de EEUU a atentados similares a los del 11-S. La Asociación Británica de Pilotos de Aerolíneas fue la primera en oponerse a las medidas solicitadas por EEUU y aceptadas por el Gobierno británico.