A un día de las presidenciales peruanas, el socialdemócrata Alan García mantiene una ventaja de unos siete puntos sobre el nacionalista Ollanta Humala, según las últimas encuestas de ayer. Los sondeos previos dan cuenta también de la existencia de un voto oculto que puede acortar diferencias e, incluso, traer otro tipo de sorpresas políticas.

Semanas atrás, García estaba 20 puntos por encima de su rival, pero ese margen tan favorable empezó a reducirse. "Como están hoy las cosas, debería ganar de manera apretada", auguró el consultor Alfredo Torres, de la firma Apoyo. La encuesta de Alfredo Saavedra, de la firma CPI, llega a conclusiones similares. No obstante, detecta una franja de "indecisos" que le deja a Saavedra algunas dudas. Por lo pronto, el exteniente coronel Humala retomó en las últimas horas su discurso agresivo y "antisistema". Y, pese a presentarse como un candidato "pobre", inundó las pantallas y las calles de publicidad.

García volvió a tomar el toro por las astas en el cierre de su campaña en Lima, en la madrugada de ayer. El expresidente (1985-90) fue en busca del voto de los que aún sienten alergia al oír hablar de su Gobierno, en el que la inflación llegó al 7.000% y el terrorismo de Sendero Luminoso se hizo omnipresente.

POLARIZACION Así como García se jactó de haber derrotado en la primera vuelta a la "derecha económica", el domingo prometió hacer lo mismo con los que "dicen ser algo nuevo" pero "representan lo más corrupto" del "militarismo golpista". El país se ha polarizado tanto que Restauración Nacional, el partido evangelista que quedó tercero en abril, respaldó a García "a pesar del preocupante antecedente de su gestión anterior". La Internacional Socialista también le dio su apoyo y, en el cierre de campaña de García, estuvo Trinidad Jiménez, la secretaria de Relaciones Internacionales del PSOE.

Unos 53.000 uniformados, entre militares y policías, custodiarán los comicios mañana.