El incremento del robo de niños en Guatemala, con 230 denuncias en lo que va de año, ha causado alarma en la población y ha puesto en alerta a las autoridades, que creen que los menores raptados son adoptados ilegalmente en el extranjero. Nidia Aguilar, directora de la Defensoría de la Niñez y la Juventud de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), reveló hoy a la prensa que en los primeros seis meses de este año esa oficina ha conocido 230 denuncias de robo de niños.

"Creemos que se trata de bandas organizadas que se dedican a robar niños para dedicarlos a la explotación sexual, o para darlos en adopciones ilegales en el extranjero", explicó Aguilar. En la mayoría de los casos, precisó, "los niños son arrebatados de los brazos de sus madres, o raptados en el momento en que ingresan o salen de las escuelas".

Aunque aseguró que no cuenta con evidencias, Aguilar destacó que "también hemos recibido denuncias de que algunos niños son robados para quitarles órganos vitales que después son transferidos a otras personas". "No queremos atormentar a los padres, pero hemos recibido denuncias de este tipo, principalmente en el departamento de Chiquimula", en el sureste del país, indicó la funcionaria.

El pasado 15 de junio, en la población de Camotán, en Chiquimula, fue hallado el cadáver de una niña de nueve años a la que habían sacado el corazón y otros órganos. Los vecinos del lugar vapulearon a dos mujeres y lincharon a otra, a quienes acusaron de haber raptado a la menor, pero las autoridades aún no han determinado el móvil de ese crimen ni la identidad de los responsables.

La semana pasada también fue denunciado el robo de un niño de sólo quince días, que fue arrebatado por una mujer de los brazos de su madre, en un barrio popular del sur de la capital guatemalteca. "Estos casos tienen en vilo a la población" y son parte de la inseguridad que vive el país, agregó Aguilar. La Fiscalía General de la Nación cree que la mayoría de los niños robados son utilizados para ser dados en adopción en el extranjero de forma ilegal por grupos dedicados a esta práctica.

El pasado fin de semana las autoridades migratorias de Estados Unidos deportaron a una pareja de guatemaltecos, identificada como Sergio Ventura y Catalina Hernández, que habían intentado entrar en ese país con dos niños que hacían pasar por hijos suyos. Los niños, de dos y ocho años de edad, fueron llevados por la Fiscalía a un albergue temporal para menores mientras no encuentren a sus verdaderos padres y se esclarezca su situación legal.